El cambio en la medición del rating televisivo en Chile: cómo la nueva metodología redefine la audiencia

El cambio en la medición del rating televisivo en Chile: cómo la nueva metodología redefine la audiencia
Economía
Empresas y Negocios
2025-11-22
Fuentes
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- Integración de plataformas: medición conjunta de TV abierta, cable y digital.

- Medición absoluta: paso de porcentajes a número exacto de espectadores.

- Impacto estratégico: nuevas cifras para publicidad y programación.

El 8 de octubre de 2025 marcó un antes y un después para la industria televisiva chilena. Ese día, Kantar Ibope Media implementó una nueva metodología para medir el rating, que incorpora no sólo la televisión abierta, sino también el consumo en cable, plataformas digitales y dispositivos móviles. Este cambio responde a la transformación radical en los hábitos de consumo audiovisual, que ya no se limita a las pantallas tradicionales. 'La forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar', afirmó Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media en Chile, durante el anuncio oficial.

El principal avance consiste en la medición en valores absolutos, es decir, conocer el número exacto de personas que ven un programa, y no sólo un porcentaje estimado. Esto se logra gracias a dispositivos como el People Meter 7 y el Focal Meter, que capturan datos en hogares y pantallas inteligentes. Con esta innovación, el universo medido abarca a 16,6 millones de personas en las 16 regiones del país.

Este cambio no es sólo técnico, sino que tiene consecuencias directas en la industria. Para los canales de televisión abierta —Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN—, implica un nuevo escenario para evaluar el impacto de sus contenidos y ajustar estrategias de programación. Para los anunciantes, representa una herramienta más precisa para optimizar inversiones publicitarias y segmentar audiencias.

Las voces en el debate reflejan tensiones y expectativas diversas. Desde el sector empresarial, la recepción es mayoritariamente positiva, destacando la oportunidad de modernizar un sistema que se había quedado atrás frente a la convergencia digital. Sin embargo, algunos analistas y académicos advierten sobre los riesgos de concentrar la medición en dispositivos tecnológicos que podrían no reflejar plenamente el consumo en sectores más vulnerables o rurales, donde la penetración digital es menor.

'Este avance es innegable, pero debemos garantizar que la medición incluya a todos los chilenos, no sólo a los que tienen acceso a la última tecnología', señala la socióloga María Elena Fuentes, especialista en medios y audiencias.

En términos sociales, la nueva medición puede influir en la representación cultural y regional en la televisión. Al disponer de datos más detallados, los canales podrían adaptar sus contenidos para reflejar mejor la diversidad del país, aunque también existe la preocupación de que se prioricen solo los segmentos con mayor consumo digital.

A casi dos meses de la implementación, los primeros datos confirman cambios en el ranking de programas más vistos, con un aumento en la audiencia de contenido en plataformas digitales y en YouTube a través de televisores inteligentes. Este fenómeno ya había sido anticipado en julio de 2025, cuando se observó por primera vez que la gente veía más YouTube en sus televisores que en celulares o computadores.

Finalmente, esta transformación en la medición del rating es un reflejo de la profunda metamorfosis que vive la industria audiovisual chilena y global. Más allá de cifras y tecnologías, abre un espacio para repensar cómo se construye y distribuye la narrativa pública en el país.

Verdades y consecuencias claras emergen: la audiencia ya no es un número abstracto ni homogéneo; es un mosaico dinámico que exige nuevas herramientas para comprenderlo. La televisión tradicional debe coexistir y dialogar con lo digital, y la industria publicitaria necesita adaptarse a esta realidad para no perder eficacia. Sin embargo, el desafío mayor será garantizar que esta medición renovada incluya a todos los sectores de la sociedad, evitando que la brecha digital se traduzca en invisibilidad mediática.

Este episodio confirma que el cambio tecnológico no es sólo un asunto técnico, sino un campo de batalla donde se disputan representaciones, intereses económicos y derechos culturales. El público chileno, ahora mejor medido, espera que esta revolución también se traduzca en una televisión más plural y representativa.