
Entre el 2 y el 6 de junio de 2025, una delegación chilena integrada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viajó a España para profundizar la cooperación en torno a la Transición Socioecológica Justa (TSEJ). Este viaje se inscribe en el marco del memorándum de entendimiento firmado en marzo de 2024 entre ambos países, y busca extraer lecciones de la experiencia española en la descarbonización energética y el cierre de minas de carbón, desafíos que Chile enfrenta en su propio proceso de reconversión productiva.
La agenda incluyó reuniones con el Instituto para la Transición Justa (ITJ) de España, visitas a territorios como Ponferrada y Asturias —regiones emblemáticas en la transformación postcarbonífera— y encuentros con actores sindicales, empresariales y municipales. En Ponferrada, la delegación conoció la planta de generación y almacenamiento energético de CIUDEN, así como proyectos culturales que reutilizan antiguas infraestructuras industriales.
Desde la perspectiva institucional, Soledad Huerta, coordinadora del equipo chileno, destacó que "la experiencia española nos ofrece una retrospectiva valiosa sobre impactos humanos y productivos, y la colaboración con el ITJ ha sido fundamental para la elaboración de nuestra estrategia nacional". Por su parte, los sindicatos españoles de Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores aportaron un análisis crítico sobre los desafíos en la implementación de la transición justa, enfatizando la necesidad de proteger derechos laborales y asegurar participación social efectiva.
Los alcaldes de Igüeña y Villablino, Antonio Presa y Mario Rivas respectivamente, relataron las tensiones demográficas y económicas que enfrentan sus comunas tras el cierre de la minería, donde la migración hacia ciudades mayores y la búsqueda de nuevos modelos productivos marcan el día a día. En Asturias, la visita a HUNOSA, empresa pública de energía, y a la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) permitió conocer iniciativas pioneras como la central geotérmica de Pozo Barredo y el Observatorio de Transición Justa, que monitorea impactos sociales y ambientales.
El recorrido incluyó también la planta de reciclaje y reutilización de plásticos de Naeco Group, en Langreo, que ejemplifica la generación de empleo local a partir de modelos sostenibles. La Embajada de Chile en España jugó un rol coordinador clave, facilitando el diálogo entre las partes y fortaleciendo los lazos diplomáticos.
Sin embargo, la experiencia no estuvo exenta de tensiones y desafíos. Las voces sindicales españolas alertaron sobre la lentitud en la reconversión y la persistencia de desigualdades territoriales, mientras que algunos actores locales manifestaron incertidumbre sobre el futuro económico y social de sus comunidades. En Chile, la adopción de una estrategia nacional de transición socioecológica justa apenas comienza y deberá enfrentar un entramado complejo de intereses políticos, económicos y sociales.
Esta cooperación bilateral revela la complejidad de una transición que no es solo tecnológica, sino profundamente humana y política. Como concluye Fernando Krauss, jefe de la Oficina de Transición Socioecológica Justa del MMA, "el intercambio con España nos permite anticipar desafíos y construir políticas con mayor realismo y justicia social".
En definitiva, la alianza entre Chile y España representa un laboratorio vivo donde se confrontan aprendizajes, tensiones y esperanzas. La transición justa emerge como un campo de batalla donde convergen actores con intereses diversos, y donde la clave estará en cómo se gestionen las transformaciones para no dejar a nadie atrás. El desafío es mayúsculo, pero también la oportunidad de redefinir el desarrollo y la convivencia en territorios históricamente marcados por la extracción y el abandono.
Esta historia está lejos de cerrarse. El tiempo dirá si la cooperación internacional logra traducirse en cambios tangibles para las comunidades afectadas, o si las lecciones aprendidas quedan en meras declaraciones. Por ahora, el escenario está abierto y el público atento, observando el drama de la transición en su crudeza y complejidad.