Estados Unidos impone aranceles a Brasil y defiende a Bolsonaro: un choque que trasciende lo comercial

Estados Unidos impone aranceles a Brasil y defiende a Bolsonaro: un choque que trasciende lo comercial
Internacional
América Latina
2025-11-22
Fuentes
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- Arancel del 50% anunciado por EE.UU. a productos brasileños.

- Defensa abierta de Donald Trump al expresidente Bolsonaro.

- Tensiones diplomáticas y económicas entre dos potencias regionales.

Un pulso económico y político se ha instalado entre Estados Unidos y Brasil, dos gigantes regionales que en julio de este año vieron cómo las relaciones bilaterales entraron en un terreno abrupto y cargado de simbolismos. El 9 de julio de 2025, el expresidente Donald Trump anunció un arancel del 50% a las importaciones brasileñas, una medida que entraría en vigor el 1 de agosto, condicionada a la apertura del mercado brasileño y al fin de lo que calificó como una "caza de brujas" contra Jair Bolsonaro, el exmandatario brasileño.

Este anuncio no solo desató una tormenta comercial, sino que también puso en evidencia la profunda división política y diplomática que atraviesa la región. Trump, quien mantiene una relación cercana con Bolsonaro, denunció en una carta al presidente Lula da Silva una supuesta persecución política contra el exmandatario brasileño, acusándolo de un juicio injusto tras su derrota electoral en 2022. 'La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro... es una vergüenza internacional. ¡Es una caza de brujas que debe terminar de inmediato!', señaló Trump, en un tono que reavivó viejas heridas y tensiones.

Perspectivas en choque

Desde Brasil, el gobierno de Lula ha rechazado categóricamente cualquier interferencia externa en sus asuntos internos. 'La defensa de la democracia en Brasil es un tema que compete a los brasileños. Somos un país soberano. No aceptamos interferencias ni tutelas de nadie', declaró un portavoz oficial, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores citó al encargado de negocios estadounidense para expresar su descontento por las declaraciones y medidas de Washington.

En términos económicos, la medida estadounidense amenaza con alterar la ya compleja balanza comercial entre ambos países. Estados Unidos es el segundo socio comercial más importante de Brasil, con un superávit acumulado favorable para los estadounidenses de aproximadamente US$43.000 millones en la última década. La imposición de un arancel tan elevado podría profundizar las tensiones comerciales y afectar a sectores productivos en ambos países.

Impacto regional y social

Más allá de la diplomacia y el comercio, esta disputa ha generado reacciones encontradas en la sociedad brasileña y en la región. Sectores empresariales y exportadores brasileños advierten sobre el daño que un arancel del 50% podría causar a la competitividad de sus productos en el mercado estadounidense. Por otro lado, grupos políticos afines a Bolsonaro han visto en la postura de Trump un respaldo simbólico que fortalece su narrativa de victimización política.

En Estados Unidos, la medida ha sido interpretada también como una estrategia para presionar a Brasil y otros países BRICS, en un contexto de creciente competencia geopolítica y económica global. La amenaza previa de Trump a los BRICS con aranceles adicionales refleja un intento de redefinir las reglas del juego en el comercio internacional.

Constataciones y consecuencias

Este episodio revela una compleja trama donde lo comercial, lo político y lo simbólico se entrelazan en un choque que va más allá de los números. El arancel del 50% no solo representa una barrera económica, sino un gesto de presión política que desafía la soberanía brasileña y pone a prueba la estabilidad de las relaciones bilaterales. La defensa pública de Bolsonaro por parte de Trump, en contraposición a la posición del gobierno de Lula, expone la profunda polarización que atraviesa la región y la dificultad de construir puentes en un contexto de rivalidades internas y externas.

La reacción brasileña, que incluye la citación diplomática y las declaraciones de soberanía, marca un punto de inflexión en la relación, que podría escalar si no se abren canales de diálogo efectivos. Para los observadores, el desafío será entender cómo esta disputa afecta no solo las economías, sino la dinámica política y social de América Latina en un mundo cada vez más fragmentado y competitivo.

Este caso invita a reflexionar sobre los límites de la influencia externa en los procesos democráticos y comerciales, y sobre las consecuencias que tienen estas tensiones para la estabilidad regional y la integración económica a largo plazo.