
En un episodio que ha sacudido las primeras semanas de la campaña presidencial oficialista, Nicolás Eyzaguirre, exministro de Hacienda y Educación, anunció el 9 de julio de 2025 que no formaría parte del comando de Jeannette Jara, ganadora de las primarias del bloque. Este rechazo público a integrarse a la estructura de apoyo de la candidata ha abierto un debate profundo sobre las tensiones internas y las diferencias programáticas que atraviesan a la coalición.
Eyzaguirre calificó su vinculación al comando como un "tremendo equívoco", aclarando que nunca fue formalmente invitado y que mantiene discrepancias con algunas propuestas de Jara. Sin embargo, no descartó ofrecer opiniones desde fuera, en un rol consultivo y crítico. Esta postura, expresada en el programa "El Primer Café" de Radio Cooperativa, ha sido interpretada por sectores de la oposición como un signo de debilidad y división en la campaña oficialista.
Desde la perspectiva del comando de Jeannette Jara, la situación fue minimizada inicialmente, argumentando que el equipo se encontraba en formación y que las invitaciones a figuras externas estaban en proceso. No obstante, fuentes internas reconocen que la ausencia de Eyzaguirre, con su peso político y experiencia, representa un desafío para consolidar un frente unido que pueda competir con fuerza en las elecciones de noviembre.
El episodio expone, además, un choque de visiones sobre el rumbo económico y social que debe adoptar la candidatura. Eyzaguirre, conocido por su enfoque pragmático y experiencia técnica, ha manifestado reservas sobre algunas propuestas más radicales de Jara, quien representa un sector más a la izquierda dentro del oficialismo. Esta tensión refleja un debate más amplio que atraviesa a la coalición y que podría marcar la pauta en la definición del programa de gobierno.
En el plano ciudadano, la noticia generó reacciones encontradas. Por un lado, hay quienes valoran la independencia crítica de Eyzaguirre y su disposición a cuestionar desde afuera, interpretándola como un acto de honestidad política. Por otro, hay quienes temen que estas fracturas internas afecten la capacidad de la coalición para presentar un proyecto coherente y competitivo.
Este distanciamiento también se ha interpretado como un síntoma de la complejidad que enfrentan las coaliciones amplias en Chile, donde la diversidad de posturas dentro de un mismo bloque puede convertirse en un obstáculo para la unidad electoral.
Como señaló el analista político Rodrigo Fuentes a El Mercurio, "la salida de Eyzaguirre no es un simple episodio personal, sino que revela las tensiones no resueltas sobre el modelo económico y social que la izquierda chilena quiere impulsar".
En conclusión, la desvinculación de Nicolás Eyzaguirre del comando de Jeannette Jara no solo pone en evidencia las dificultades internas de la candidatura oficialista, sino que también anticipa un debate más profundo sobre las prioridades y límites del proyecto político que se propone. A medida que la campaña avanza, la capacidad de la coalición para manejar estas diferencias será clave para su éxito o fracaso electoral.
La verdad que emerge es que, lejos de ser un simple contratiempo, esta fractura anticipa un escenario donde la pluralidad interna deberá convivir con la necesidad de cohesión. El desafío para Jara y su equipo será, entonces, transformar la diversidad en fortaleza, o arriesgarse a que las fisuras internas se traduzcan en derrota electoral.