Chile y los BRICS: Un dilema entre pragmatismo y principios democráticos

Chile y los BRICS: Un dilema entre pragmatismo y principios democráticos
Actualidad
Política
2025-11-22
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- Chile asiste como observador a la cumbre BRICS 2025, generando debates sobre su futuro rol.

- Estados Unidos amenaza con aranceles adicionales a países que se alineen con BRICS, tensando relaciones.

- El debate nacional enfrenta dos visiones contrapuestas sobre la conveniencia política y económica de acercarse al bloque.

En un escenario global cada vez más fragmentado, Chile ha decidido dar un paso significativo al aceptar la invitación para participar como observador en la Cumbre BRICS 2025, realizada en Río de Janeiro. El país asiste a esta instancia que agrupa a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros miembros asociados, representando cerca del 40% del PIB mundial y la mitad de la población global. Esta decisión ha abierto un profundo debate en la sociedad chilena y sus círculos políticos sobre los riesgos y oportunidades que implica esta relación.

La mirada oficial: pragmatismo y diversificación

Desde el gobierno y sectores que apoyan la participación de Chile en BRICS, se sostiene que 'un país mediano como Chile no puede permitirse aislarse en la arena internacional'. La cancillería ha enfatizado que la presencia en la cumbre es sólo como observador y que no hay planes inmediatos para solicitar la membresía plena. 'Chile define su política exterior de manera independiente y soberana', ha insistido el ministro de Relaciones Exteriores Alberto van Klaveren.

Los defensores de esta postura argumentan que el mundo está transitando hacia un orden multipolar y que Chile debe diversificar sus alianzas para proteger sus intereses comerciales y políticos. 'La multi-pertenencia fortalece la resiliencia frente a la incertidumbre global', señala el académico José Miguel Ahumada. En este marco, la participación en espacios como BRICS permitiría a Chile profundizar lazos con economías emergentes clave como China, India y Brasil, sin abandonar sus compromisos con organismos tradicionales.

Las críticas: un riesgo para la democracia y la coherencia internacional

En el otro extremo, voces críticas advierten que acercarse al bloque BRICS implica alinearse con regímenes autoritarios y contrarios a los valores democráticos que Chile ha defendido históricamente. 'El núcleo duro del bloque está liderado por China y Rusia, potencias con proyectos revisionistas y autoritarios', señala Bartolomé Reus, secretario ejecutivo de la Corporación Red Liberal. Para estos sectores, la relación con BRICS no es sólo económica, sino política, y podría erosionar la autoridad moral de Chile en la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Esta perspectiva alerta sobre la contradicción interna que implica normalizar vínculos con países que reprimen opositores, controlan la prensa y vulneran derechos básicos. '¿Cómo podemos defender la igualdad de género y la libertad de expresión en casa mientras legitimamos modelos autoritarios?', cuestionan.

Además, existe preocupación por las posibles repercusiones diplomáticas y comerciales, en especial ante la amenaza de Estados Unidos de imponer aranceles adicionales del 10% a países que se alineen con las políticas del bloque BRICS. Esta medida de la administración Trump ha tensionado aún más las relaciones internacionales de Chile, que debe navegar cuidadosamente entre estos dos polos.

Voces ciudadanas y regionales

Entre la ciudadanía y sectores académicos, el debate refleja la complejidad de la decisión. Algunos valoran la apertura a nuevos mercados y la oportunidad de participar en discusiones globales sobre gobernanza económica y tecnológica, como la inteligencia artificial. Otros, en cambio, temen que el país pierda su identidad democrática y que esta estrategia genere incertidumbre en la política exterior chilena.

Regionalmente, la presencia de Chile en BRICS también es vista con cautela, dado que el bloque incluye miembros con intereses divergentes y a veces contradictorios con las posiciones tradicionales latinoamericanas en materia de derechos humanos y política internacional.

Constataciones y consecuencias

Tras meses de análisis y tras la reciente cumbre en Río, se constata que:

- Chile participa como observador en BRICS sin planes inmediatos de adhesión plena, buscando ampliar su espacio diplomático.

- La tensión entre Estados Unidos y BRICS se traduce en amenazas arancelarias que obligan a Chile a equilibrar sus relaciones estratégicas.

- El bloque BRICS representa un desafío para la coherencia de la política exterior chilena, al incluir regímenes autoritarios cuyos valores chocan con los principios democráticos nacionales.

En definitiva, el caso de Chile y BRICS es un verdadero coliseo donde se enfrentan la urgencia de pragmatismo económico y la defensa de principios democráticos. El país debe decidir si su política exterior será un reflejo fiel de sus valores internos o si optará por la flexibilidad estratégica a costa de riesgos reputacionales y políticos. Lo que está en juego no es sólo el comercio o la diplomacia, sino la identidad misma de Chile en el concierto internacional.

Fuentes consultadas incluyen reportes de La Tercera, Diario Financiero, Prensa Latina, BioBioChile, y análisis de expertos en relaciones internacionales y política exterior chilena.