PPD y comando de Jara: un tira y afloja que redefine la izquierda oficialista

PPD y comando de Jara: un tira y afloja que redefine la izquierda oficialista
Actualidad
Política
2025-11-22
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Resistencia interna del PPD, negociación programática tensa y la incógnita sobre la unidad del oficialismo conforman el triángulo de esta disputa política que aún no encuentra tregua.

El escenario político de la izquierda oficialista en Chile enfrenta un pulso inesperado y revelador tras las elecciones primarias de junio de 2025. La candidatura de Jeannette Jara, militante comunista y ganadora de la primaria, no ha logrado todavía consolidar un comando de campaña unificado, debido principalmente a la resistencia del Partido Por la Democracia (PPD) para integrarse plenamente a su equipo.

El 29 de junio, Jara se impuso en la primaria oficialista, abriendo paso a un proceso de construcción programática común para la elección presidencial. Sin embargo, la primera sesión de la comisión política del PPD el 5 de julio evidenció una profunda desconfianza y falta de voluntad para sumarse sin condiciones al comando de Jara. El 8 de julio, la directiva del PPD, encabezada por Jaime Quintana, expresó la necesidad de garantías programáticas antes de una incorporación masiva.

Desde la vereda del PPD, la preocupación gira en torno a un programa de gobierno que consideran excesivamente marcado por las banderas económicas de Jara, especialmente el énfasis en el fortalecimiento de la demanda interna, que para ellos representa un riesgo en términos de estabilidad y crecimiento. Quintana fue explícito: “No porque Jara haya ganado el programa que ella presentó es un mejor texto. Sigue siendo, en mi opinión, un mal texto. Aspiro a que no sea ese documento el que nos represente”.

La tensión se profundizó con la incorporación de Nicolás Eyzaguirre, exministro y militante PPD, al comando de Jara sin consulta previa, lo que generó molestia en la cúpula partidaria. Jara, por su parte, ha tratado de limar asperezas con mensajes públicos de apertura: “El comando de campaña contará con la representación de todas y todos que quieran contribuir con visión unitaria para mejorar la vida de nuestro país”.

Pero la resistencia del PPD no es homogénea ni absoluta. En la primera línea del partido, algunos dirigentes reconocen que, aunque institucionalmente apoyarán a Jara, no están dispuestos a participar activamente en la campaña. De hecho, la exministra Carolina Tohá, derrotada en la primaria, ha manifestado su disposición a colaborar pero sin estar en la “primera línea”.

En contraste, otros partidos del oficialismo muestran mayor disposición para integrarse al comando. El Partido Socialista (PS) ha activado contactos para sumar nombres, con la presidenta Paulina Vodanovic liderando las gestiones. La posibilidad de que el Instituto Igualdad, dirigido por Ricardo Solari, participe en la elaboración programática, refleja un esfuerzo por construir consensos más amplios. Diputados socialistas y alcaldes han expresado su cercanía a Jara y disposición a colaborar.

El Frente Amplio también ha manifestado interés en contribuir, aunque con la intención de presentar una propuesta ordenada y consensuada desde su propia colectividad. En el Partido Liberal, aunque el principal líder está enfocado en la campaña parlamentaria, se asegura que existen nombres disponibles para el comando. Acción Humanista, único partido fuera del PC que apoyó a Jara antes de la primaria, mantiene a sus diputados Ana María Gazmuri y Tomás Hirsch en el equipo.

Este tablero revela un oficialismo fragmentado y en negociación constante, donde la unidad no está garantizada y cada actor busca preservar su identidad y peso político. La clave está en la elaboración del programa común, que debe conciliar las demandas más radicales del PC con las cautelas y propuestas del PPD y otros partidos.

La disputa no es solo programática, sino también simbólica: representa la lucha por definir la dirección y el rostro de la izquierda chilena en un momento crucial para el país. La presión para que el PPD ceda y se integre plenamente al comando pone a Jara en una encrucijada, ya que una concesión excesiva podría alienar a su base comunista, mientras que la falta de unidad podría debilitar su candidatura frente a la derecha.

En definitiva, la resistencia del PPD y la negociación en curso evidencian que la unidad del oficialismo es más frágil de lo que parecía tras las primarias. La construcción de un programa de gobierno común y un comando cohesionado será la prueba de fuego para la candidatura de Jara y para el futuro político de la izquierda chilena. Como espectadores, asistimos a un duelo donde las apuestas son altas y las heridas aún abiertas, en un juego de poder y convicciones que marcará el rumbo del país en los próximos meses.