Estados Unidos y el cobre chileno: aranceles, tensiones y un mercado en reconfiguración

Estados Unidos y el cobre chileno: aranceles, tensiones y un mercado en reconfiguración
Economía
Minería y Energía
2025-11-22
Fuentes
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- Arancel del 50% anunciado por EE.UU. genera aumento récord en precio del cobre.

- Gobierno chileno mantiene cautela frente a medidas aún no oficiales.

- Economistas prevén impactos mixtos: beneficios inmediatos y riesgos a mediano plazo.

Un anuncio que sacudió el mercado y puso en jaque a uno de los pilares de la economía chilena: el cobre. El pasado 8 de julio de 2025, el presidente estadounidense Donald Trump adelantó la posibilidad de imponer un arancel del 50% a las importaciones de cobre. El efecto inmediato fue un salto histórico en el precio del metal rojo, que alcanzó niveles récord en los mercados de futuros de Nueva York, reflejando la tensión y la incertidumbre que esta medida despertó en los actores involucrados.

La cronología de una tormenta anunciada

Desde entonces, el gobierno chileno ha adoptado una postura de cautela, enfatizando que no existe una orden ejecutiva formal ni información oficial sobre la implementación definitiva de estos aranceles. “No existe ninguna orden ejecutiva de Estados Unidos a propósito de la investigación llevada adelante por el tema de aranceles de cobre”, señaló la Cancillería chilena, mientras mantiene un diálogo constante con sus contrapartes estadounidenses.

Por su parte, la administración estadounidense, a través del secretario de Comercio Howard Lutnick, ha dejado claro que la intención es “traer la producción de cobre a casa”, equiparando los aranceles del cobre con los ya aplicados al acero y aluminio, en un contexto de política proteccionista en auge.

Voces en pugna: perspectivas políticas y económicas

En Chile, la reacción política ha sido diversa y refleja las tensiones internas. La candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei, llamó a negociar con “estrategia y diplomacia, sin ideologías”, advirtiendo que “en la relación con EE.UU. no hay espacio para gustitos personales”. En contraste, otros sectores políticos y sociales han planteado la necesidad de diversificar mercados y fortalecer la competitividad interna ante un escenario global más incierto.

Los economistas, por su parte, ofrecen un análisis matizado. Alejandro Fernández, de Gemines, advierte que el impacto inicial puede ser positivo debido al aumento del precio, pero que a largo plazo la medida podría generar “mayor volatilidad y efectos negativos en el crecimiento”. Sergio Lehmann, de Bci, sostiene que la política estadounidense “afectará la inversión y la confianza” en la minería chilena.

Juan Ortiz, del OCEC-UDP, contextualiza que Estados Unidos representa un 12,8% de las exportaciones de cobre chilenas, por lo que el impacto es significativo pero limitado en el mercado global. Mientras Juan Carlos Guajardo, socio de Plusmining, apunta a que la medida provocará “una reorganización del comercio mundial”, con Chile buscando nuevos destinos para su producción y EE.UU. intentando desarrollar capacidad interna, un proceso que llevará años.

Consecuencias visibles y escenarios futuros

Este episodio no es solo un choque comercial, sino un desafío para la estrategia económica chilena. La anticipación del arancel provocó un fenómeno conocido como "frontloading", donde importadores estadounidenses aceleraron compras para evitar costos futuros, beneficiando temporalmente a exportadores chilenos.

Sin embargo, el panorama que se abre es complejo: la incertidumbre en los mercados, la posible reducción de envíos a EE.UU. y la necesidad de Chile de diversificar sus relaciones comerciales son verdades ineludibles. La economía chilena, abierta y dependiente de la minería, enfrenta la encrucijada de adaptarse a un mundo donde la guerra comercial y las políticas proteccionistas se han normalizado.

En definitiva, el anuncio del arancel del 50% al cobre es un capítulo que ha sacado a la luz tensiones estructurales y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad y la resiliencia del modelo exportador chileno. El desafío para el país es claro: navegar en aguas turbulentas con estrategia, diplomacia y una mirada que vaya más allá del corto plazo.