
El 8 de julio de 2025, el expresidente Donald Trump sorprendió al anunciar un arancel adicional del 10% a todos los países que integran el bloque BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que además se ha ampliado con miembros como Irán e Indonesia—. Esta medida, que se materializó semanas después, ha desatado una serie de reacciones que no solo tensionan las relaciones comerciales internacionales, sino que también evidencian el choque de visiones sobre el orden económico global.
Trump justificó el arancel argumentando que el BRICS se creó para socavar el papel del dólar como moneda de reserva mundial. En una reunión de gabinete, afirmó que "perder el dominio del dólar sería como perder una guerra mundial" y que, aunque el bloque busca degradar la influencia estadounidense, él estaba dispuesto a responder con medidas proteccionistas.
Desde Brasilia, el presidente Lula da Silva rechazó con firmeza esta postura, calificándola como una agresión injustificada y defendiendo la autonomía del bloque para definir su agenda económica y monetaria. "No aceptaremos ninguna queja sobre la cumbre de los BRICS. No estamos de acuerdo con que el presidente de Estados Unidos insinúe que va a poner aranceles a los países del BRICS", dijo a la prensa.
El anuncio ha abierto una brecha clara entre los sectores políticos y económicos:
- Desde Estados Unidos, algunos sectores conservadores celebran la medida como un paso necesario para proteger la industria nacional y preservar la hegemonía monetaria. Sin embargo, voces más moderadas y expertos en comercio advierten sobre el riesgo de una guerra comercial que podría encarecer insumos y afectar a consumidores y empresas.
- En los países BRICS, la medida es vista como un intento de Washington por frenar el avance de un bloque que busca mayor autonomía económica y una multipolaridad financiera. Algunos analistas en China e India destacan que esta estrategia podría acelerar la diversificación de sus socios comerciales y la búsqueda de alternativas al dólar.
- En Chile y la región, la noticia ha generado inquietud entre exportadores y sectores productivos, especialmente en minería y manufactura, que dependen de mercados internacionales y cadenas globales de valor. Expertos locales señalan que la medida podría encarecer costos y provocar volatilidad en los mercados.
A más de cuatro meses desde el anuncio y la implementación parcial del arancel, se observa una ralentización en el comercio bilateral entre Estados Unidos y los países BRICS, con una caída en las exportaciones y una presión al alza en precios de commodities como el cobre y el petróleo.
Además, el bloque BRICS ha redoblado esfuerzos por consolidar mecanismos internos de cooperación, incluyendo iniciativas para fortalecer el uso de monedas locales en transacciones comerciales y desarrollar infraestructuras financieras alternativas.
Este episodio revela una verdad incómoda: la política comercial global está cada vez más fracturada, y las estrategias unilaterales pueden generar efectos colaterales imprevisibles. Para Chile, país exportador y dependiente de la estabilidad internacional, la lección es clara: diversificar mercados y fortalecer acuerdos multilaterales es más urgente que nunca.
En definitiva, el arancel de Trump a los BRICS no es solo una medida económica, sino un símbolo de la tensión en la redefinición del poder global, donde cada actor pugna por mantener o ampliar su influencia en un tablero complejo y en constante evolución.
2025-11-12
2025-11-12