La fractura del voto del Partido de la Gente: ¿rechazo o indiferencia hacia la segunda vuelta?

La fractura del voto del Partido de la Gente: ¿rechazo o indiferencia hacia la segunda vuelta?
Actualidad
Política
2025-11-22
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- Tres cuartas partes de los votantes del PDG optan por votar nulo o en blanco.

- Parisi denuncia una desconexión entre los comandos de Jara y Kast y su electorado.

- La disputa revela un nuevo mapa político donde los extremos tradicionales pierden fuerza frente a la apatía y el desencanto.

Un 75% de los votantes del Partido de la Gente (PDG) ha decidido no participar activamente en la segunda vuelta presidencial, optando por votar nulo o en blanco. Así lo afirmó Franco Parisi, líder del PDG, en una entrevista realizada días después de la primera vuelta electoral. Esta cifra, lejos de ser un simple dato estadístico, desnuda una profunda fractura en la política chilena y pone en jaque a los dos candidatos que disputan la presidencia: Jeannette Jara y José Antonio Kast.

El origen de esta situación se remonta al domingo 16 de noviembre de 2025, cuando el PDG sorprendió al obtener cerca del 20% de los votos en primera vuelta, sin que las encuestas previas lo anticiparan. Desde entonces, la atención se centró en cómo se repartirían sus votos en la segunda vuelta, pero el anuncio de Parisi reveló una realidad inesperada: la mayoría de sus electores no se sienten representados ni por la izquierda ni por la derecha.

El desencanto como protagonista

Parisi no escatimó críticas hacia ambos comandos, calificando su trabajo como "débil" y señalando que los intentos de Jara y Kast de acercarse a los diputados electos del PDG son en vano. "No los llamen, no se traten de sacar fotos, nosotros sabemos lo que tenemos que hacer", afirmó, subrayando que el partido aspira a ser un eje relevante en el Congreso, más allá de la presidencia.

Esta postura refleja un fenómeno más amplio: el electorado del PDG, según analistas como José Ramón Valente, se mueve en un eje ideológico agnóstico y pragmático, alejado de los marcos tradicionales izquierda-derecha. "Él identifica dolores en cada uno de esos grupos y les habla a esos grupos diciéndoles: yo los voy a ayudar a superar esos dolores", explicó Valente, refiriéndose a Parisi.

Dos extremos, una misma distancia

El rechazo mayoritario a votar por Jara o Kast no es solo un problema para los candidatos, sino un síntoma de la crisis de representación política que vive Chile. Mientras Kast mantiene una leve ventaja en la distribución del 25% restante de votos de PDG, según Parisi, la carrera se vuelve más difícil para él, evidenciando que ninguno de los dos logra captar con claridad a este electorado.

Desde la perspectiva de la izquierda, la candidatura de Jara ha sido duramente cuestionada por su bajo desempeño, considerado uno de los más sorprendentes y negativos en la elección. En tanto, desde la derecha, la dificultad para ampliar la base más allá de su electorado tradicional también se hace patente.

Consecuencias y desafíos

Este escenario obliga a repensar las estrategias políticas y a reconsiderar el peso de un electorado que se siente excluido de la polarización y que busca soluciones concretas a problemas cotidianos como la seguridad, el narcotráfico y el crecimiento económico, según coincide Valente.

La decisión del PDG de no apoyar formalmente a ningún candidato y fomentar el voto nulo o en blanco podría influir decisivamente en el resultado final de la segunda vuelta, prevista para diciembre de 2025. Más allá del resultado, este fenómeno evidencia una demanda creciente por propuestas que conecten directamente con las preocupaciones de la ciudadanía y un desgaste de los discursos tradicionales.

Voces en tensión

Mientras Parisi reclama un espacio político propio y advierte que el nuevo gobierno llegará con soberbia, sea quien sea, otros actores políticos llaman a la reflexión sobre la necesidad de abrir las coaliciones y acoger a los distintos sectores, incluido el PDG, para evitar una mayor fragmentación.

Este momento de tensión política, lejos de ser un simple episodio electoral, es un espejo de las transformaciones profundas que está viviendo la sociedad chilena. La apatía, el desencanto y la búsqueda de nuevas representaciones configuran un escenario donde los viejos esquemas se quiebran y la incertidumbre se impone.

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En conclusión, el voto del Partido de la Gente no solo es un desafío para la segunda vuelta presidencial, sino un síntoma claro de la crisis de representación y de la necesidad de políticas que atiendan las demandas reales de la ciudadanía. La política chilena se enfrenta a un dilema: adaptarse a estos nuevos actores y sus reclamos o seguir anclada en un modelo que parece cada vez más distante de sus ciudadanos.

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Fuentes consultadas: Cooperativa.cl, La Tercera, declaraciones de Franco Parisi y análisis de José Ramón Valente.