Caída del ahorro familiar en Chile: un fenómeno preocupante: El consumo crece, pero la capacidad de ahorro se erosiona y abre debates sobre sostenibilidad económica

Caída del ahorro familiar en Chile: un fenómeno preocupante: El consumo crece, pero la capacidad de ahorro se erosiona y abre debates sobre sostenibilidad económica
Economía
Macroeconomía
2025-11-23
Fuentes
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- Consumo en alza que supera ingresos

- Ahorro de hogares en su mayor caída desde 2022

- Divergencias sobre causas y consecuencias entre sectores y expertos

En el primer trimestre de 2025, el ahorro de los hogares en Chile cayó a un 5,4% del PIB, marcando su mayor descenso trimestral desde finales de 2022. Este dato, revelado por el Banco Central, contrasta con un dinámico crecimiento del consumo final efectivo, que avanzó un 8,1% anual, superando el aumento del ingreso disponible bruto, que fue del 5,3%. Esta tensión entre ingresos y gasto ha encendido un debate que trasciende la economía doméstica y pone en jaque la sostenibilidad del modelo económico actual.

El informe del Banco Central también muestra que la tasa de ahorro de la economía en general se contrajo después de dos trimestres consecutivos al alza, impulsada principalmente por la caída en el ahorro de las empresas no financieras y, en menor medida, de los hogares, aunque el sector gobierno y las sociedades financieras mostraron incrementos en su capacidad de ahorro.

Desde la óptica gubernamental, "el aumento del ingreso disponible y el crecimiento del consumo reflejan una economía que mantiene dinamismo y generación de empleo", según declaraciones oficiales recogidas por La Tercera. Sin embargo, esta lectura optimista no es unánime.

Expertos en economía social advierten que "la erosión del ahorro familiar puede ser la antesala de una vulnerabilidad creciente ante shocks económicos futuros, especialmente para los sectores medios y bajos". Para ellos, el aumento del consumo no siempre refleja bienestar real, sino a menudo un endeudamiento creciente o la liquidación de reservas financieras.

A nivel empresarial, la disminución del ahorro se explica por mayores pagos de impuestos y rentas distribuidas, así como un retroceso en ingresos empresariales asociado a menores dividendos recibidos. Esta situación ha generado preocupación en sectores productivos, que ven amenazada su capacidad de inversión en un contexto global cada vez más competitivo.

Regionalmente, las diferencias socioeconómicas amplifican el impacto de esta dinámica. En zonas urbanas de mayor ingreso, el consumo y ahorro mantienen cierta estabilidad, mientras que en comunidades rurales y sectores vulnerables, la caída del ahorro se traduce en mayores dificultades para enfrentar gastos imprevistos y acceder a servicios básicos.

La sociedad civil y organizaciones de consumidores han manifestado inquietud ante la creciente brecha entre ingresos y gastos, señalando que "la calidad de vida no puede medirse solo por cifras macroeconómicas, sino por la capacidad real de las familias para planificar y proteger su futuro".

Frente a este escenario, las conclusiones son claras pero complejas. El crecimiento del consumo impulsa la economía a corto plazo, pero la caída del ahorro familiar y empresarial revela tensiones estructurales que podrían afectar la estabilidad financiera y social en el mediano plazo. La discusión sobre políticas públicas, regulación del crédito y fomento del ahorro se vuelve urgente y necesaria, en un país que enfrenta desafíos económicos, sociales y políticos en constante evolución.

Más allá de las cifras, esta historia es un llamado a la reflexión crítica sobre el modelo económico chileno, sus fortalezas y vulnerabilidades, y el papel que cada actor —desde el Estado hasta el ciudadano común— debe asumir para construir un futuro más resiliente.