
El caso de Kytzia Zamora Gómez, adolescente de 15 años desaparecida desde el 19 de noviembre en Providencia, se cerró oficialmente el sábado 22 con su hallazgo en buen estado de salud, pero dejó múltiples interrogantes y un manto de reflexión sobre la seguridad y la cohesión social en la comuna.
La Brigada de Ubicación de Personas Metropolitana (Briup) de la PDI, en coordinación con el Ministerio Público y la Seguridad Ciudadana de Lampa, confirmó el hallazgo de Kytzia en el sector de Aguas Claras, Lampa, tras tres días de búsqueda intensa. Este resultado fue celebrado públicamente por el alcalde de Providencia, Jaime Bellolio, quien valoró la colaboración comunitaria y el trabajo institucional: 'Es una buena noticia y esperamos que pueda recibir el apoyo que necesita junto a su familia.'
Sin embargo, el relato de la desaparición y los días posteriores revelan una trama más compleja. Kytzia fue vista por última vez en las cercanías del Liceo Carmela Carvajal, donde cursaba 1° medio, vistiendo su uniforme y portando una mochila junto a productos que vendía para generar ingresos propios. Su celular fue encontrado en un basurero en la intersección de Miguel Claro con Elena Blanco, una zona que se convirtió en el epicentro de las diligencias policiales y comunitarias.
La familia denunció la desaparición como presunta desgracia y activó una búsqueda que involucró a Carabineros, la PDI, la municipalidad y la comunidad educativa. La directora del liceo, Makarenna Bustiman, destacó la movilización de estudiantes y apoderados en equipos de búsqueda y la gestión para acceder a grabaciones de cámaras de seguridad del Metro y la comuna.
Desde una perspectiva social, el caso expuso la vulnerabilidad de adolescentes en zonas urbanas con alta circulación y la necesidad de fortalecer redes de apoyo y prevención. La comunidad de Providencia, conocida por su dinamismo y diversidad, se mostró dividida: mientras muchos se volcaron en ayuda y solidaridad, otros cuestionaron la eficacia de las políticas de seguridad y la capacidad de los entornos escolares para proteger a sus estudiantes.
Para algunos vecinos, la desaparición reavivó temores sobre la inseguridad creciente en la comuna, marcada recientemente por incidentes violentos y robos, como la encerrona sufrida por un médico y otras tres personas en septiembre. Por otro lado, organizaciones sociales y expertos en infancia hicieron un llamado a mirar más allá del episodio puntual y a abordar las causas estructurales que afectan a jóvenes como Kytzia: la precariedad, la falta de espacios seguros y la invisibilización de sus voces.
En el plano institucional, la coordinación intersectorial fue clave para el desenlace positivo. La PDI destacó el trabajo conjunto con la municipalidad y el Ministerio Público, subrayando que la investigación sigue abierta para esclarecer las circunstancias de la desaparición. El uso de tecnología, como el rastreo del teléfono y la revisión de cámaras, fue un recurso fundamental.
El hallazgo en Lampa, a varios kilómetros de Providencia, abre preguntas sobre la movilidad y la situación de la adolescente durante esos días. La joven manifestó no saber dónde estaba cuando fue encontrada, lo que sugiere un estado de desorientación o posible vulnerabilidad ante terceros.
Este caso, enmarcado en un contexto urbano que ha visto en las últimas semanas accidentes fatales, persecuciones violentas y un aumento en los delitos de oportunidad, invita a una reflexión profunda sobre cómo las ciudades y sus comunidades enfrentan la protección de sus habitantes más jóvenes y frágiles.
Verdades y consecuencias:
- La desaparición y posterior hallazgo de Kytzia Zamora evidencian la importancia de la colaboración entre instituciones y comunidad para enfrentar emergencias sociales.
- Persisten vacíos en la comprensión de las causas y dinámicas que llevan a adolescentes a situaciones de riesgo en entornos urbanos.
- La seguridad en Providencia sigue siendo un tema sensible, con episodios recientes que tensionan la percepción ciudadana y demandan respuestas integrales.
- La experiencia deja una enseñanza sobre la necesidad de fortalecer la red de protección y apoyo para adolescentes, desde las escuelas, las familias y las políticas públicas.
- Finalmente, la historia de Kytzia es un espejo que refleja tanto la tragedia como la esperanza en la convivencia urbana, un llamado a no bajar la guardia y a construir entornos más seguros y acogedores para todos.