La batalla por la influencia en América Latina se libra hoy en el campo digital, donde redes de extrema derecha han tejido una compleja estrategia transnacional que va mucho más allá de la mera propaganda. Desde Brasil, donde Jair Bolsonaro inauguró un modelo político sustentado en la movilización digital, pasando por Argentina con Javier Milei, hasta Chile con Johannes Kaiser y la reciente irrupción en México, estas redes despliegan una maquinaria que combina bots, noticias falsas y movimientos sociales organizados.
El fenómeno no es un mero accidente ni un brote espontáneo. Como revelan investigaciones recientes, incluyendo el informe de Infodemia, unidad mexicana dedicada a desentrañar campañas de desinformación, estas acciones obedecen a una estrategia coordinada que involucra influencers, cuentas automatizadas y financiamiento millonario. Por ejemplo, la marcha convocada en Ciudad de México el 15 de noviembre fue impulsada por más de 90 millones de pesos mexicanos en publicidad digital, con participación de actores vinculados a la Atlas Network, organización ultranacionalista con presencia global.
En México, la extrema derecha aún carece de representación institucional, pero ha logrado penetrar en el espacio digital y social. La llamada “Generación Z” fue instrumentalizada para convocar protestas que, aunque presentadas como espontáneas, respondieron a un diseño cuidadosamente elaborado. La investigación apunta incluso a figuras como Fernando Cerimedo, argentino ligado a campañas de Milei y a la desestabilización política en Brasil, y al empresario Ricardo Salinas Pliego, cuyo enfrentamiento judicial reciente con el Estado mexicano añade una capa de controversia sobre su posible rol en estas tácticas.
Brasil, como punto de partida, mostró la eficacia de esta fórmula: la victoria de Bolsonaro en 2018 fue precedida por una campaña digital que combinó desinformación, ataques coordinados y una narrativa antiestablishment que caló hondo en un electorado cansado del sistema tradicional. La maquinaria digital, liderada por su hijo Carlos, operó como un ejército de militantes en redes sociales, capaz de influir en la agenda pública y erosionar la confianza en las instituciones.
Argentina, por su parte, vive la consolidación de esta nueva derecha digital con Milei, quien heredó y adaptó esta estrategia a su contexto. Sin embargo, las tensiones internas y la evolución política han llevado a rupturas, como la salida de Cerimedo de la campaña presidencial y la fractura con aliados como Eduardo Verástegui en México.
El entramado se sostiene sobre un ecosistema de medios digitales, como La Derecha Diario, y una red de influencias que trasciende fronteras, evidenciando un fenómeno transnacional que redefine la política regional.
“No se trata de una conspiración secreta, sino de una confluencia de organizaciones civiles, fundaciones y universidades que llevan décadas promoviendo ideas libertarias y ultraderechistas”, explica la periodista Soledad Vallejos, quien en su libro ‘Los dueños de la libertad’ desentraña esta red que ha ido madurando desde la Guerra Fría hasta la actualidad.
Esta realidad no está exenta de controversias y efectos colaterales. En México, las autoridades respondieron con medidas de seguridad sin precedentes, como el cercado del Palacio Nacional, mientras que en Brasil, las secuelas del intento de golpe de 2022 continúan con sentencias y procesos judiciales abiertos.
Lo que queda claro es que la extrema derecha latinoamericana ha aprendido a usar el espacio digital como arma política, con consecuencias que ya no pueden ignorarse. La disputa por la narrativa pública, la confianza en las instituciones y la estabilidad democrática se juega hoy en un terreno donde la frontera entre realidad y ficción se diluye, y donde la participación ciudadana es moldeada por algoritmos y mensajes diseñados para polarizar.
En definitiva, el fenómeno exige un análisis profundo y plural que reconozca las distintas voces y consecuencias, desde la movilización juvenil hasta las estrategias de poder, para entender no solo qué está pasando, sino hacia dónde se dirige la región en esta nueva era digital y política.
Fuentes consultadas: Informe Infodemia (México), investigaciones periodísticas de EL PAÍS, análisis de Soledad Vallejos en ‘Los dueños de la libertad’, reportes judiciales y seguimiento de movimientos sociales en Brasil, Argentina y México.
2025-11-17