Tormentas y vientos extremos en el norte y sur de Chile: un ciclo de temporales que revela vulnerabilidades persistentes

Tormentas y vientos extremos en el norte y sur de Chile: un ciclo de temporales que revela vulnerabilidades persistentes
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-23
Fuentes
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- Vientos de hasta 110 km/h azotaron el norte y sur del país.

- Ríos atmosféricos categoría 4 trajeron lluvias intensas y acumulados históricos.

- Alertas preventivas y daños materiales evidencian fragilidades en infraestructura y respuesta comunal.

Un ciclo de temporales extremos ha marcado el último semestre en Chile, con eventos que, lejos de ser aislados, parecen formar parte de un patrón creciente de fenómenos meteorológicos severos que ponen a prueba la resiliencia del territorio y sus comunidades.

Desde marzo hasta septiembre de 2025, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) y Senapred emitieron múltiples alertas por vientos que superaron los 100 km/h y por la llegada de ríos atmosféricos de categoría 4, fenómenos que afectaron desde la Región de Atacama hasta la Patagonia.

Norte: tormentas de arena y vientos que desnudan fragilidades

En septiembre, cinco comunas del norte – Diego de Almagro, Copiapó, Tierra Amarilla, Vallenar y Alto del Carmen – enfrentaron vientos con rachas que alcanzaron los 110 km/h, acompañados de tormentas de arena que redujeron la visibilidad y complicaron las operaciones mineras y el transporte. Según Senapred, esta actualización de alerta preventiva permitió una vigilancia reforzada y activación oportuna del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SINAPRED), evitando daños mayores a la población.

Sin embargo, las voces locales revelaron una experiencia más compleja. Habitantes y pequeños comerciantes denunciaron cortes de luz, daños en techumbres y dificultades para la movilidad, evidenciando que la infraestructura y los sistemas de apoyo aún no están a la altura de estos eventos. Las comunidades rurales, en particular, sufrieron las consecuencias más severas, con caminos rurales bloqueados y pérdidas en cultivos afectados por el viento y la arena.

Sur y Patagonia: ríos atmosféricos y temporales que desafían la preparación

Desde marzo, la zona sur y la Patagonia han sido escenario de sucesivos sistemas frontales acompañados por ríos atmosféricos que trajeron lluvias acumuladas de hasta 180 mm y vientos sostenidos que superaron los 100 km/h en sectores como Puerto Cisnes, Puerto Aysén y Melinka.

El temporal de julio y septiembre se caracterizó por rachas que alcanzaron los 90-110 km/h, nevadas en la cordillera y marejadas que afectaron la costa, según reportes de la DMC y el Centro Europeo para Pronósticos a Mediano y Largo Plazo (ECMWF). Aunque las autoridades emitieron alertas tempranas y recomendaciones para evitar actividades al aire libre, la magnitud y frecuencia de los eventos sorprendieron a muchos habitantes.

Un dirigente comunitario de Puerto Cisnes señaló: "Estos temporales son cada vez más intensos y prolongados. La ayuda llega tarde y las consecuencias se sienten en la vida diaria, desde cortes de energía hasta daños en viviendas y caminos".

Perspectivas y tensiones: entre la adaptación y la incertidumbre

El análisis de expertos apunta a que estos fenómenos no son meras anomalías, sino manifestaciones del cambio climático que afectan con mayor fuerza a Chile, dadas sus características geográficas y socioeconómicas. La repetición de eventos extremos en un corto periodo revela la urgencia de fortalecer la infraestructura, mejorar los sistemas de alerta temprana y promover una gestión integral del riesgo que incluya a las comunidades.

Desde el ámbito político, las respuestas han sido dispares. Mientras sectores del gobierno destacan la coordinación interinstitucional y la actualización de protocolos de emergencia, voces críticas insisten en que la planificación territorial y las inversiones en mitigación son insuficientes y que se requiere un enfoque más inclusivo que considere las realidades locales y las desigualdades sociales.

Constataciones finales

Los temporales de viento y lluvia que afectaron a Chile en 2025 evidencian una realidad compleja: la creciente frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos ponen en jaque la capacidad de respuesta y adaptación del país. La experiencia acumulada muestra que, pese a los avances en monitoreo y alertas, persisten brechas significativas en la infraestructura, la preparación comunitaria y la gestión del riesgo.

La tensión entre la necesidad de actuar con urgencia y la incertidumbre sobre la evolución climática plantea un desafío mayúsculo para las autoridades, el sector privado y la sociedad civil. En este escenario, la construcción de resiliencia no solo depende de la tecnología o la inversión, sino también de un diálogo amplio que integre las diversas voces y realidades del país.

Este ciclo de tormentas y vientos no es solo un fenómeno meteorológico; es un espejo de las vulnerabilidades y fortalezas de Chile ante un futuro que demanda adaptación, previsión y justicia social.