Jeannette Jara congela su militancia en el PC: ¿un giro hacia la amplitud política o una fractura inevitable?

Jeannette Jara congela su militancia en el PC: ¿un giro hacia la amplitud política o una fractura inevitable?
Actualidad
Política
2025-11-23
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- Suspensión de militancia tras 37 años en el Partido Comunista.

- Tensiones internas entre sectores duros y moderados del PC.

- Estrategia presidencial para ampliar su base política hacia el centro.

Un movimiento que remeció las entrañas del Partido Comunista (PC) y que, a más de cuatro meses, sigue generando debates y divisiones internas, es la decisión de Jeannette Jara de suspender su militancia para proyectarse como una candidata de amplitud política.

El 3 de julio de 2025, Jara anunció oficialmente que congelaría su militancia en el PC, partido en el que militó desde los 14 años, para enviar una señal clara hacia sectores más amplios del espectro político de cara a la elección presidencial. Este gesto, lejos de ser un mero trámite, ha desatado un choque de posturas dentro del propio PC y entre la centroizquierda, que enfrenta el desafío de articular una coalición que trascienda sus límites tradicionales.

Un partido dividido frente a la amplitud

La decisión de Jara no cayó bien en todos los sectores del PC. Figuras emblemáticas como la diputada Carmen Hertz calificaron la medida como un acto de “oportunismo”, mientras que dirigentes como Lautaro Carmona y Daniel Jadue, tras una inicial resistencia, terminaron aceptando la necesidad de esta señal de apertura. Jadue, incluso, llegó a afirmar públicamente que la suspensión de militancia era una decisión tomada, aunque luego matizó sus palabras aclarando que el tema debía ser discutido formalmente en las instancias partidarias.

Este episodio expone la tensión entre la tradición militante y la modernización política: mientras algunos sectores temen la pérdida de identidad y cohesión ideológica, otros ven en esta maniobra una oportunidad para ampliar la base electoral y responder a un electorado que demanda consensos más amplios.

La estrategia presidencial y sus implicancias

Desde el comando de Jara, se ha señalado que la suspensión de militancia es una estrategia para posicionarse como una candidata transversal, capaz de convocar a sectores del centro político y no solo a la izquierda tradicional. Este movimiento se enmarca en un contexto electoral complejo, donde las encuestas proyectan una segunda vuelta con candidatos de derecha y una izquierda fragmentada.

Sin embargo, esta apuesta no está exenta de riesgos. La suspensión de militancia puede ser interpretada por algunos como un distanciamiento o abandono de principios, lo que podría erosionar parte del apoyo base que históricamente ha sostenido a Jara.

Voces ciudadanas y regionales

Desde regiones, la recepción ha sido mixta. En zonas donde el PC tiene fuerte arraigo, la medida genera incertidumbre y preocupación por la posible pérdida de representatividad. En cambio, en sectores urbanos y más moderados, la jugada ha sido vista como un signo de pragmatismo político y voluntad de diálogo.

Ciudadanos entrevistados expresan que la suspensión de militancia podría abrir caminos para un gobierno más inclusivo, pero advierten que el éxito dependerá de la capacidad de Jara para equilibrar las demandas de sus antiguos compañeros con las expectativas de nuevos aliados.

Constataciones finales

La suspensión de militancia de Jeannette Jara en el PC es más que un simple cambio formal: es un síntoma y un detonante de las transformaciones que vive la izquierda chilena en su intento por adaptarse a un escenario político fragmentado y exigente.

Este episodio confirma que la política chilena está en un punto de inflexión donde las identidades partidarias tradicionales se tensionan frente a la necesidad de construir mayorías amplias y programas de gobierno que respondan a la diversidad social. La forma en que se resuelva esta disonancia interna tendrá consecuencias directas en la gobernabilidad y en la capacidad de la izquierda para disputar el poder en un contexto electoral cada vez más competitivo.

En definitiva, la historia de Jara y su relación con el PC no solo refleja un desafío personal, sino que encarna la tragedia y la esperanza de un sector político que busca reinventarse sin perder su esencia, mientras el país observa expectante desde las gradas del coliseo democrático.