
Un pulso entre optimismo y cautela se ha instalado en los mercados globales desde que el informe de nóminas no agrícolas de Estados Unidos sorprendió positivamente en julio de 2025. El 3 de julio, Wall Street abrió con alzas que impulsaron al S&P 500 a buscar máximos históricos, mientras que en Chile el IPSA también mostró un avance, reflejando el contagio de este ánimo global.
Sin embargo, el cuadro no es tan claro como los números sugieren. Por un lado, las nóminas crecieron en 147 mil, superando las expectativas de 106 mil, y la tasa de desempleo bajó a 4,1%, cuando se esperaba un leve repunte. Por otro, el crecimiento salarial mensual fue de solo un 0,2%, ligeramente inferior a lo anticipado. Este balance genera una disonancia cognitiva: ¿es un mercado laboral robusto que se enfría o una señal de debilidad oculta?
Desde la perspectiva de la Reserva Federal, esta dualidad es crucial. "Este informe sugiere un mercado laboral resistente con cierto enfriamiento en presiones salariales", señaló Fawad Razaqzada, analista de City Index. Sin embargo, la cautela domina: la Fed ha descartado recortes agresivos de tasas inmediatos, ajustando sus expectativas a dos reducciones moderadas durante el año, con incertidumbre sobre su inicio.
En Chile, la reacción fue positiva pero prudente. El IPSA subió 0,34%, liderado por empresas ligadas a commodities, reflejando la influencia de los mercados internacionales. No obstante, expertos locales advierten que la economía chilena está sujeta a variables externas y tensiones internas que podrían moderar este impulso.
Las voces en el debate se dividen claramente:
- Desde la derecha política y empresarial, se celebra el informe como una señal de estabilidad y recuperación global, que justifica mantener políticas económicas favorables al mercado y la inversión.
- Sectores progresistas y sindicatos advierten que la desaceleración en el crecimiento salarial podría traducirse en menor poder adquisitivo y aumentar la desigualdad, pidiendo más atención a la calidad del empleo y condiciones laborales.
- Analistas regionales destacan que el impacto en América Latina y Chile dependerá de la capacidad de diversificación económica y la gestión de riesgos externos, enfatizando la necesidad de políticas que no dependan exclusivamente del ciclo estadounidense.
En definitiva, el informe de empleo de EE.UU. no solo marcó un hito en los mercados, sino que abrió un escenario complejo de interpretación y ajuste de expectativas. La verdad que emerge es que el mercado laboral estadounidense sigue siendo un motor fundamental, pero su dinámica presenta tensiones que obligan a un análisis más profundo y menos optimista a corto plazo.
Las consecuencias para Chile y la región son claras: la volatilidad y la dependencia de factores externos persisten, por lo que las políticas públicas y privadas deben incorporar esta realidad para evitar sorpresas y construir resiliencia ante escenarios inciertos.
Este episodio es un recordatorio de que la economía global es un entramado de fuerzas en pugna, donde cada dato es un acto más en el gran coliseo del mercado, y donde el espectador informado debe saber leer entre líneas para anticipar el desenlace.