Cortes de luz programados en la Región Metropolitana: ¿qué ocurre y qué revela la crisis energética en Chile?

Cortes de luz programados en la Región Metropolitana: ¿qué ocurre y qué revela la crisis energética en Chile?
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-23
Fuentes
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- Incremento sostenido de cortes programados en la RM

- Impacto desigual en comunas y sectores vulnerables

- Debate político y social sobre la gestión de la infraestructura eléctrica

Un conflicto silencioso que crece: desde septiembre a octubre de 2025, la Región Metropolitana ha experimentado un aumento notable en los cortes de luz programados por la empresa Enel, afectando a un número creciente de comunas. El 23 de septiembre se anunciaron cortes en 13 comunas, cifra que se redujo a 8 comunas para el 7 de octubre, pero la frecuencia y duración de estos eventos han generado creciente malestar social y preocupación por la gestión energética.

Origen y evolución del fenómeno

Estos cortes, según Enel, obedecen a trabajos de mantenimiento y mejoras en la infraestructura eléctrica. Sin embargo, la reiteración de estas interrupciones ha desatado cuestionamientos sobre la planificación y capacidad del sistema para responder a la demanda creciente de Santiago y sus alrededores.

Desde la perspectiva técnica, expertos en energía explican que la red eléctrica chilena atraviesa un momento crítico debido a la combinación de envejecimiento de infraestructuras, aumento en la demanda residencial y comercial, y la complejidad de integrar energías renovables intermitentes. El ingeniero eléctrico y académico de la Universidad de Chile, Rodrigo Meneses, señala: "Los cortes programados son necesarios, pero reflejan una falta de inversión estratégica en el sistema y una planificación insuficiente para anticipar la demanda futura".

Impacto social y político: voces de la ciudadanía y autoridades

En las comunas afectadas, especialmente en sectores populares y periféricos, la interrupción del suministro ha significado no solo incomodidad, sino también riesgos para la seguridad y la salud. Vecinos de Puente Alto y La Florida han denunciado que los cortes afectan a hogares con personas mayores y niños, complicando el acceso a servicios básicos.

María González, dirigente vecinal de La Florida, comenta: "No es solo un corte, es la sensación de abandono. Nos dicen que es por mantenimiento, pero la verdad es que esto se repite y nadie nos explica qué se está haciendo para evitarlo".

Desde el ámbito político, las reacciones han sido diversas y reflejan las tensiones habituales entre gobierno, oposición y empresas. El Ministerio de Energía ha defendido la necesidad de los trabajos, enfatizando que se busca minimizar el impacto y que los cortes se concentran en horarios de menor consumo. En contraste, parlamentarios de oposición han acusado a Enel y a la autoridad de falta de transparencia y de no priorizar la inversión en infraestructura.

La diputada Camila Rojas (Frente Amplio) afirmó: "Estos cortes evidencian la precariedad de nuestro sistema eléctrico y la urgencia de un plan nacional que garantice energía segura y de calidad para todas las familias".

Contexto histórico y desafíos estructurales

La crisis energética que se vislumbra en estos cortes no es un fenómeno nuevo en Chile. La transición energética, la presión por descarbonizar la matriz y la creciente demanda urbana han tensionado la red durante años. Enel, como principal actor privado en la distribución, ha enfrentado críticas desde el estallido social de 2019, cuando se evidenciaron problemas en la cobertura y calidad del servicio.

Además, la regulación y fiscalización del sector eléctrico han sido objeto de debate. La Comisión Nacional de Energía y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles tienen el desafío de equilibrar la inversión privada con la garantía de derechos ciudadanos.

Consecuencias y lecciones visibles

La reiteración de cortes programados en la RM expone una tensión creciente entre la necesidad técnica de mantener la red y la exigencia social de un servicio confiable. La fragmentación de experiencias —algunas comunas más afectadas que otras— revela inequidades territoriales que pueden profundizarse si no se atienden con políticas integrales.

Este escenario obliga a repensar la estrategia energética en Chile, incorporando no solo aspectos técnicos, sino también sociales y políticos. La transparencia en la comunicación, la inversión en infraestructura resiliente y la participación ciudadana emergen como elementos clave para evitar que la crisis silenciosa de los cortes de luz se transforme en un estallido social.

En definitiva, la historia de estos cortes programados es un espejo que refleja las complejidades del Chile contemporáneo: un país en transición, con demandas crecientes y desafíos estructurales que requieren respuestas profundas y colaborativas.