
En un escenario político que se ha ido configurando con la velocidad de un vendaval, la candidatura de Evelyn Matthei, abanderada de Chile Vamos, busca consolidar y potenciar su base con un despliegue territorial sin precedentes. El pasado 1 de julio de 2025, Matthei se reunió en Valparaíso con diputados y líderes de su coalición para trazar una estrategia conjunta que permita revertir su posición actual en las encuestas, donde ocupa el tercer lugar detrás de José Antonio Kast y Jeannette Jara.
Este encuentro no fue una simple formalidad: se trató de un momento de reafirmación y compromiso. Diego Paulsen, jefe de campaña, calificó la reunión como "el inicio de una nueva etapa, que parte con los diputados, pero también con alcaldes, concejales y cores desplegados en cada rincón de Chile". La coalición más grande del país pretende transformar su fuerza parlamentaria en un ejército territorial capaz de movilizar a un electorado que, según sus propias palabras, representa el 62% que rechazó el rumbo del actual gobierno.
Sin embargo, esta apuesta estratégica se enfrenta a múltiples tensiones y desafíos. Por un lado, la victoria de Jeannette Jara en las primarias del oficialismo y el ascenso sostenido de José Antonio Kast han desplazado a Matthei del primer lugar en las encuestas, un hecho que no ha sido ignorado por sus propios aliados. Miguel Mellado, jefe de bancada de RN, enfatizó que "ya tenemos una contendora conocida, que se disfraza de oveja", en clara referencia a Jara, y subrayó que los diputados serán la primera línea de Matthei en los distintos distritos.
Desde la UDI, Henry Leal destacó la importancia de la fuerza territorial: "Tenemos un ejército desplegado en todo Chile: más de mil concejales, cientos de alcaldes. Hoy está todo Chile Vamos cuadrado con Matthei". Este despliegue masivo busca no solo asegurar votos, sino también construir una narrativa que apele al "mundo moderado" que, según Leal, no se siente representado ni por la izquierda ni por la derecha extrema.
La pluralidad dentro de Chile Vamos también se refleja en el compromiso declarado por Evópoli, cuyo jefe de bancada, Francisco Undurraga, afirmó que "aquí nos hemos puesto al servicio de la candidata, no la candidata al servicio de los parlamentarios", buscando proyectar una imagen de unidad y cohesión interna.
Desde la perspectiva ciudadana, la respuesta a este despliegue ha sido ambivalente. Sectores críticos del electorado perciben esta movilización como un intento de aferrarse a viejas estructuras políticas, mientras que otros valoran la capacidad de Chile Vamos para organizarse y presentar una alternativa clara en un escenario fragmentado.
En términos históricos, la estrategia de Matthei recuerda movimientos similares en elecciones pasadas, donde el trabajo territorial y el apoyo parlamentario fueron decisivos para revertir pronósticos adversos. Sin embargo, el contexto actual es más complejo, marcado por una ciudadanía menos permeable a las tradicionales campañas y más exigente en cuanto a propuestas y coherencia.
A casi cinco meses de las elecciones presidenciales de noviembre de 2025, la candidatura de Evelyn Matthei está en un punto crucial: la capacidad de su coalición para mantener la unidad y desplegar eficazmente su maquinaria política podría definir no solo su destino electoral, sino también el rumbo político del país en los próximos años.
Las verdades que emergen son claras: la fragmentación del electorado y el ascenso de alternativas más polarizadas han puesto a prueba la estrategia tradicional de Chile Vamos; la cohesión interna y la fuerza territorial son sus activos más valiosos; y, finalmente, la respuesta ciudadana será la que confirme si esta apuesta logra transformar intención en voto efectivo. En este juego de tronos políticos, cada movimiento cuenta, y el coliseo electoral chileno observa expectante cómo se desarrolla esta batalla.