La tensión diplomática entre Chile y Bolivia tras las polémicas declaraciones de diputada Cordero: un desafío para la convivencia regional

La tensión diplomática entre Chile y Bolivia tras las polémicas declaraciones de diputada Cordero: un desafío para la convivencia regional
Actualidad
Política
2025-11-23
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- Declaraciones xenófobas que desataron un conflicto diplomático latente.

- Respuesta oficial del gobierno chileno que busca contener el daño.

- Repercusiones sociales y políticas que evidencian la complejidad histórica y migratoria entre ambos países.

Un choque de palabras que trascendió la frontera. El 5 de septiembre de 2025, durante una sesión en el Congreso chileno, la diputada María Luisa Cordero lanzó una serie de declaraciones calificadas como xenófobas hacia Bolivia, atribuyendo a sus habitantes características biológicas despectivas y cuestionando la legitimidad de sus expresiones políticas. Estas afirmaciones no solo provocaron una ola de indignación en Bolivia, sino que también desencadenaron una crisis diplomática que, semanas después, aún reverbera en los pasillos del poder y en la opinión pública de ambos países.

Un gobierno entre la condena y el control del daño

El 12 de septiembre, la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, reforzó la postura oficial chilena condenando tajantemente las palabras de la diputada, calificándolas de "xenófobas" y "no representativas del Estado ni de la sociedad chilena". Desde la mirada oficial, estas declaraciones son un acto aislado, una voz discordante que no altera las relaciones bilaterales, aunque reconocen que la convivencia con Bolivia enfrenta desafíos estructurales, como la migración y la cooperación fronteriza.

"Los pueblos son hermanos y no corresponde ese tratamiento xenófobo que, insisto, es una declaración particular que no es representativa ni del ánimo ni del espíritu de nuestra patria", afirmó Vallejo.

No obstante, la reacción del gobierno boliviano fue firme y rápida. El presidente Luis Arce anunció que el Ministerio de Relaciones Exteriores tomaría "las acciones correspondientes a través de los canales diplomáticos establecidos" para expresar su rechazo y solicitar reparaciones políticas. La Cancillería boliviana emitió un comunicado oficial que reflejó la molestia y preocupación por la escalada verbal.

Voces en pugna: entre la defensa y la crítica

En Chile, la controversia abrió un espacio para la confrontación política y social. Sectores de derecha defendieron la libertad de expresión de la diputada y minimizaron el impacto de sus dichos, insistiendo en que no representan a la mayoría ni al Estado. Por otro lado, organizaciones sociales, partidos de oposición y movimientos migrantes denunciaron que estas expresiones alimentan un clima de racismo estructural y violencia simbólica hacia comunidades bolivianas y otros migrantes.

En Bolivia, la indignación popular se tradujo en protestas, llamados a boicots y un aumento en la vigilancia de las relaciones culturales y comerciales con Chile. Analistas regionales advierten que estas tensiones son un reflejo de heridas históricas no resueltas, que se manifiestan en episodios como el actual y que requieren una gestión diplomática cuidadosa para evitar que escalen.

Contexto histórico y desafíos actuales

La relación entre Chile y Bolivia ha estado marcada por conflictos limítrofes, especialmente tras la Guerra del Pacífico (1879-1884), que dejó a Bolivia sin salida soberana al mar. Este antecedente histórico alimenta sensibilidades y desconfianzas que se traducen en episodios como el de las declaraciones de Cordero.

Además, la migración boliviana hacia Chile, que ha aumentado en la última década, plantea desafíos sociales y políticos complejos. La gestión de la frontera norte, la integración social y el combate a la xenofobia son temas recurrentes en la agenda bilateral.

En paralelo, el ministro de Seguridad chileno, Luis Cordero, ha reforzado desde julio de 2025 los controles fronterizos en el norte, buscando abordar tanto la migración irregular como el crimen organizado. Esta política, aunque separada del episodio diplomático, añade una capa más a la compleja relación entre ambos países.

Constataciones finales

Este episodio deja en evidencia que las palabras, especialmente de figuras públicas, pueden actuar como detonantes en un escenario ya cargado de tensiones históricas y sociales. La gestión gubernamental chilena ha buscado contener el conflicto, pero la herida abierta refleja problemas estructurales que no se resuelven con declaraciones aisladas.

La convivencia entre Chile y Bolivia seguirá demandando esfuerzos multilaterales que combinen respeto mutuo, diálogo sostenido y políticas de integración social que superen prejuicios y fomenten un entendimiento más profundo.

Mientras tanto, la ciudadanía, tanto chilena como boliviana, queda en el centro de este desafío, expectante y, en muchos casos, atrapada en un coliseo donde la tragedia ajena se despliega con intensidad y consecuencias palpables.

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Fuentes consultadas: La Tercera (septiembre 2025), declaraciones oficiales del Ministerio Secretaría General de Gobierno, comunicados de la Cancillería boliviana, análisis de expertos en relaciones internacionales y migración regional.