
Wall Street ha dado un respiro luego de alcanzar niveles récord, en medio de una maratónica sesión en el Senado de Estados Unidos para aprobar una controvertida reforma tributaria impulsada por la administración Trump. El 1 de julio de 2025, el mercado accionario mostró signos de agotamiento tras una racha alcista, mientras el dólar profundizaba su caída a $932,02, su peor inicio de año desde 1973.
Este episodio no solo refleja tensiones políticas internas en Estados Unidos, sino que también tiene repercusiones globales, especialmente para Chile, principal exportador mundial de cobre. El precio del cobre subió un 2,4% hasta US$5,15 la libra en el Comex, impulsado por la depreciación del dólar y la expectativa de posibles aranceles.
La votación en el Senado estadounidense, que se extendió por casi 24 horas consecutivas, fue el escenario donde republicanos y opositores libraron una batalla por la aprobación de la reforma fiscal. Según reportes de Diario Financiero, la reforma contempla recortes impositivos por US$4,5 billones y ajustes en subsidios, pero se proyecta que aumentará el déficit en US$3,3 billones en la próxima década.
En este contexto, Elon Musk calificó el proyecto como una profundización de la "esclavitud de la deuda" y amenazó con retirar financiamiento a los republicanos, además de fundar un tercer partido para representar a la mayoría centrista. La tensión escaló cuando Trump respondió con amenazas de revisar y suspender subsidios a las empresas de Musk, lo que provocó una caída cercana al 5% en las acciones de Tesla antes de la apertura del mercado.
Desde la perspectiva política, los republicanos ven la reforma como un paso necesario para estimular la economía y consolidar la agenda fiscal de Trump. En contraste, sectores progresistas y expertos en finanzas alertan sobre el riesgo de un déficit insostenible y las implicancias sociales de los recortes en programas como Medicaid.
En Chile, el impacto se siente en la economía minera y en la política comercial. El aumento del precio del cobre es bienvenido, pero la incertidumbre sobre posibles aranceles, especialmente una tarifa del 25% sobre el metal, genera preocupación en exportadores y autoridades.
Además, las negociaciones comerciales con la Unión Europea y Japón muestran signos de desgaste. La UE ofreció un arancel general del 10% a cambio de beneficios en sectores clave, mientras Japón rechazó reducir sus barreras agrícolas, en particular para el arroz estadounidense, lo que desató críticas públicas de Trump.
Este episodio revela la complejidad de un sistema global interconectado donde decisiones políticas internas en Estados Unidos reverberan en mercados y economías como la chilena. La reforma fiscal, aunque aprobada, deja un panorama fiscal comprometido y un mercado financiero que ya muestra signos de volatilidad.
Para Chile, el fortalecimiento del cobre representa una oportunidad, pero también un desafío para manejar la incertidumbre comercial y las tensiones geopolíticas. La caída del dólar, por su parte, plantea un escenario de ajustes en las exportaciones y en la política monetaria local.
En definitiva, esta historia es un recordatorio de que las grandes decisiones políticas y económicas no se resuelven en un solo día, sino que maduran en sus consecuencias y en la confrontación de voces que buscan defender intereses divergentes. La tensión entre crecimiento, déficit y justicia social sigue siendo el telón de fondo de esta trama que, lejos de cerrarse, invita a un análisis profundo y reflexivo.