
El 29 de junio de 2025, apenas un día después de su triunfo en las primarias presidenciales, Jeannette Jara, la candidata del Partido Comunista (PC) y sus aliados del socialismo democrático, salió a aclarar un giro fundamental en su programa económico: abandona la idea de impulsar el crecimiento exclusivamente basado en la demanda interna, una propuesta que había generado reparos entre expertos y actores económicos.
Este cambio no es menor: implica un replanteamiento de la estrategia para encauzar el desarrollo económico chileno, que tradicionalmente se ha sostenido en la inversión y las exportaciones. Jara ahora enfatiza la importancia de fortalecer la inversión, incluyendo la del sector privado, y busca tender puentes con los empresarios, con quienes espera reunirse para generar confianza y construir acuerdos, aunque las diferencias persisten.
La propuesta original de Jara planteaba que “cuando a las y los trabajadores les va bien, al país también le va bien”, apuntando a un aumento de salarios, fortalecimiento del empleo y participación democrática en las decisiones económicas. Sin embargo, el cuestionamiento de economistas como Luis Eduardo Escobar, que señaló que sin inversión no hay crecimiento sostenible, y la crítica tajante de Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, que calificó el programa como "una fuente de riesgo para la economía", evidencian las tensiones internas y externas.
Por su parte, Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, anticipa que el comando de Jara probablemente buscará un enfoque más convencional para impulsar el crecimiento, conciliando con sectores más moderados y buscando equilibrio entre justicia social y estabilidad económica.
“Lo importante es fijar un objetivo, en este caso mejorar las remuneraciones y las condiciones laborales, y ver hasta dónde se puede avanzar a la luz de las restricciones económicas y el balance de fuerzas en el Congreso”, señaló Escobar, subrayando que la negociación será clave en el próximo ciclo político.
Jara ha mantenido una relación tensa pero pragmática con el mundo empresarial. Ha participado en negociaciones en reformas previsionales, salario mínimo y jornada laboral, logrando acuerdos y mostrando diferencias claras. La candidata enfatiza que su compromiso con eliminar las AFP es inamovible, lo que genera inquietud en el empresariado y en sectores políticos que temen un impacto negativo en la inversión y el empleo.
“Espero reunirme con los empresarios esta semana. Nosotros trabajamos con los gremios mostrando acuerdos y diferencias”, afirmó Jara, intentando proyectar una imagen de diálogo, aunque expertos advierten que la desconfianza persiste y que la concreción de esos encuentros será un termómetro para el futuro económico del país.
A casi cinco meses de las primarias, la gran incógnita para economistas y actores políticos es cómo se articulará el equipo programático de Jara, especialmente con la posible incorporación de figuras del socialismo democrático y sectores más moderados como los comandos de Carolina Tohá y Gonzalo Winter.
Este ensamblaje será clave para dar certezas y reducir la incertidumbre que hoy domina el debate económico. La tensión entre crecimiento y justicia social, entre inversión y redistribución, se mantiene como el gran desafío para una candidatura que busca no solo ganar votos, sino transformar el modelo económico chileno.
El giro de Jeannette Jara hacia un programa económico más pragmático y abierto al sector privado refleja la complejidad de gobernar en un Chile polarizado y con expectativas sociales altas. La candidata enfrenta el reto de equilibrar sus promesas de justicia social con la necesidad de generar confianza para la inversión y el crecimiento.
El diálogo con empresarios y la negociación en el Congreso serán escenarios decisivos para definir si este nuevo rumbo logra consolidarse o se estanca en la confrontación. Por ahora, la historia de esta candidatura es una tragedia en desarrollo: una heroína que busca mantener sus banderas mientras enfrenta el coliseo de la economía y la política chilena, con sus fieros gladiadores y sus impredecibles giros.