El impacto real de los bombardeos en Irán: ¿décadas perdidas o meses ganados?

El impacto real de los bombardeos en Irán: ¿décadas perdidas o meses ganados?
Internacional
Conflictos
2025-11-24
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- Bombardeos estadounidenses e israelíes contra instalaciones nucleares iraníes.

- Divergencia entre declaraciones oficiales y reportes de inteligencia sobre el daño real.

- Tregua frágil y consecuencias geopolíticas aún en desarrollo.

El 13 de junio de 2025 marcó un punto de inflexión en el prolongado conflicto entre Irán, Israel y Estados Unidos. En una serie de ataques coordinados, Washington y Tel Aviv lanzaron bombardeos sobre tres instalaciones nucleares clave en Irán: Natanz, Fordo e Isfahán. La intención era clara: desbaratar un programa nuclear que Occidente sospecha busca la bomba atómica, pese a las negaciones de Teherán.

Estos ataques, según el presidente estadounidense Donald Trump, habrían "totalmente destruido" las instalaciones y provocado un retroceso de "décadas" en el programa nuclear iraní. Sin embargo, un informe preliminar filtrado por servicios de inteligencia estadounidenses relativiza este optimismo, estimando que el daño retrasó el programa solo unos meses, sin eliminar centrifugadoras ni reservas de uranio enriquecido. Las instalaciones subterráneas, especialmente en Fordo, permanecen intactas.

El portavoz del ejército israelí, Effie Defrin, reconoció que "aún es pronto para evaluar los resultados" de la operación, aunque destacó que se logró un "duro golpe" y un retraso de varios años. Esta ambigüedad en las evaluaciones es el primer indicio de la complejidad del conflicto: la distancia entre la narrativa oficial y la realidad técnica.

Desde Irán, las reacciones oscilan entre la cautela y la desconfianza. Mientras el presidente Masud Pezeshkian expresó disposición para retomar negociaciones nucleares, insistió en mantener "legítimos derechos" para desarrollar energía atómica pacífica. Por su parte, el Parlamento iraní votó por suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en una señal de rechazo a la supervisión internacional, aunque esta medida aún debe ser ratificada.

La tregua que siguió a los bombardeos, anunciada por Trump y aceptada por Irán e Israel, se mantiene precaria. El conflicto dejó más de 600 muertos en Irán y decenas en Israel, y la violencia ha dejado heridas profundas en la región.

Desde el prisma político, el episodio revela tensiones internas en Estados Unidos y en la región. Trump utiliza la narrativa del éxito militar para reforzar su imagen, pero la comunidad de inteligencia y expertos independientes advierten que el programa nuclear iraní no ha sido aniquilado. En Israel, el gobierno celebra un golpe estratégico, aunque reconoce la incertidumbre sobre el impacto a largo plazo.

En Irán, la población vive entre el temor y la incertidumbre. Voces ciudadanas expresan escepticismo sobre la durabilidad del alto el fuego y preocupación por las repercusiones económicas y sociales, mientras el régimen endurece el control sobre internet y limita la información.

Como señala el canciller iraní Abás Araqhchi, "estos ataques tendrán repercusiones graves y profundas para el futuro del país". La escalada militar ha dejado heridas visibles y un escenario geopolítico más volátil.

En definitiva, la historia de estos bombardeos es un relato de contrastes: entre la propaganda y la realidad técnica, entre la esperanza de paz y la persistencia del conflicto, entre la voluntad de diálogo y la desconfianza mutua. La conclusión más clara es que, aunque el programa nuclear iraní sufrió un golpe, no fue el golpe definitivo. Las "décadas" de retraso proclamadas se traducen en meses o años, y la región sigue atrapada en una espiral de desconfianza y violencia.

Este episodio invita a reflexionar sobre la complejidad de los conflictos modernos, donde la información se convierte en arma y la verdad se fragmenta entre discursos enfrentados. Para entender lo que realmente sucede, es necesario mirar más allá de las declaraciones oficiales y evaluar con calma las consecuencias visibles, sin caer en la urgencia ni la simplificación.