Chile y América Latina ante un giro geopolítico: La región vuelve a ser un socio estratégico global

Chile y América Latina ante un giro geopolítico: La región vuelve a ser un socio estratégico global
Economía
Macroeconomía
2025-11-24
Fuentes
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- Reconfiguración geopolítica global con América Latina como foco estratégico.

- Inversión extranjera récord en Chile pese a tensiones internacionales.

- Debates y tensiones internas sobre el rol del Estado y la apertura económica.

Un escenario global que cambia y Chile en el centro de la escena. Desde mediados de 2025, la región latinoamericana emerge con fuerza en la agenda internacional, no solo como un espacio alejado de los conflictos bélicos que sacuden Medio Oriente, sino también como un reservorio clave para la transición energética y la estabilidad económica. La directora de InvestChile, Karla Flores, confirmó que tras una gira por siete ciudades europeas y la apertura de una agregaduría de inversión en Arabia Saudita, la mirada de inversionistas globales se ha vuelto a posar en América Latina como un socio estratégico.

La geopolítica en disputa: ¿ventaja o riesgo para Chile?

El reciente conflicto entre Israel e Irán, que escaló durante 2024 y 2025, ha generado incertidumbre en los mercados mundiales. Sin embargo, lejos de paralizar a Chile, este contexto ha abierto una ventana de oportunidad para atraer inversiones que buscan diversificar y asegurar sus cadenas de suministro. Flores señaló que "mientras algunos aseguran sus cadenas en Medio Oriente, otros buscan deslocalizar procesos a zonas más seguras como la nuestra".

No obstante, esta visión optimista convive con voces críticas que advierten sobre la vulnerabilidad de depender de flujos de capital extranjeros en un mundo cada vez más volátil. Desde sectores políticos de izquierda, se cuestiona la dependencia de la inversión externa y se reclama mayor autonomía económica y protección de recursos estratégicos. En contraste, grupos empresariales y sectores liberales defienden la apertura y ven en esta etapa una oportunidad para consolidar a Chile como hub regional.

Inversión récord en medio de la incertidumbre

A diciembre de 2024, InvestChile reportó un récord de 474 proyectos en cartera, por más de US$56.200 millones, y 113 proyectos materializados por US$14.460 millones, superando la meta gubernamental de US$17.000 millones con US$19.868 millones. Este crecimiento se explica por la articulación estatal en torno a la inversión, con reformas a permisos, fortalecimiento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y creación de oficinas especializadas.

Sin embargo, la distribución de esta inversión revela tensiones: casi la mitad proviene de Norteamérica, seguida por Europa y Asia, con poca participación de América Latina misma. Esto alimenta el debate sobre la soberanía económica y la necesidad de fortalecer el mercado interno y regional.

Voces desde el territorio y la sociedad civil

En regiones mineras y energéticas, la llegada de proyectos ha significado empleo y desarrollo, pero también conflictos sociales por impactos ambientales y falta de participación ciudadana. Organizaciones indígenas y ambientales denuncian que la prisa por atraer inversiones puede comprometer derechos y sostenibilidad.

Por otro lado, académicos y expertos en política internacional destacan que el reposicionamiento de Chile en el mapa global no es solo una cuestión económica, sino también política y cultural. La apertura de una agregaduría en Arabia Saudita simboliza un intento de diversificar relaciones y atraer capitales que financien energías renovables, electromovilidad y seguridad alimentaria.

Constataciones finales

Este proceso revela una verdad ineludible: Chile y América Latina están siendo nuevamente objeto de interés global, pero en un escenario más complejo y fragmentado. La oportunidad de capitalizar esta atención depende de la capacidad del país para equilibrar apertura y protección, inversión y derechos, integración regional y autonomía.

La apuesta por una agenda proinversión articulada desde el Estado ha dado frutos visibles, pero también ha expuesto las tensiones sociales y políticas que atraviesan al país. En definitiva, la narrativa de Chile como un destino seguro y estratégico no es un relato homogéneo, sino un coliseo donde se enfrentan intereses diversos, desafíos globales y demandas locales.

El futuro de esta historia dependerá de la habilidad para construir consensos que permitan transformar el interés externo en desarrollo sostenible y equitativo, sin perder de vista la complejidad interna y los riesgos inherentes a un mundo en constante cambio.