
América Latina mantiene su condición única en el mundo: ningún país de la región posee armas nucleares. Este hecho, que a simple vista podría parecer una consecuencia natural, es en realidad el resultado de un complejo entramado de eventos históricos, rivalidades regionales, decisiones políticas y presiones internacionales que se remontan a mediados del siglo XX.
La crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962 fue el punto de inflexión que despertó en los países latinoamericanos la urgencia por evitar que la región se convirtiera en escenario de una confrontación nuclear. Como explica Luis Rodríguez, investigador del Center for International Security and Cooperation de la Universidad de Stanford, "varios países decidieron formar una respuesta multilateral para prevenir que se diera otra crisis de los misiles en la región".
Desde entonces, México emergió como la voz visible y diplomática de esta iniciativa, impulsando la creación del Tratado de Tlatelolco en 1967, que prohíbe el desarrollo, adquisición, ensayo y emplazamiento de armas nucleares en América Latina y el Caribe. El diplomático mexicano Alfonso García Robles fue galardonado con el Nobel de la Paz en 1982 por su rol en este proceso.
Sin embargo, el camino no estuvo exento de tensiones. Brasil y Argentina, los dos países con mayor capacidad tecnológica y científica en la región, mostraron reticencias. Tras el golpe militar brasileño de 1964, las élites militares promovieron programas nucleares con tecnología de doble uso, lo que generó suspicacias internacionales. Argentina, por su parte, también desarrolló un programa nuclear fuera de las regulaciones internacionales.
"Había una división en los dos países entre facciones que querían armas nucleares y otras que decidieron no tenerlas", señala Rodríguez. Por su parte, Ryan Musto, investigador de la Universidad William and Mary, añade que ambos países buscaban mantener su "soberanía nuclear" y desarrollar el ciclo completo de producción de combustible nuclear, lo que complicaba su integración plena al régimen del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT).
La rivalidad entre Brasil y Argentina, aunque histórica, nunca alcanzó niveles que desencadenaran una carrera armamentista nuclear, un factor que contribuyó a evitar la proliferación. Además, la transición democrática en ambos países durante los años 80 y los altos costos económicos y diplomáticos de mantener programas nucleares independientes pesaron en la decisión final.
Un episodio emblemático fue el acuerdo nuclear de 1975 entre Brasil y Alemania Occidental, que buscaba transferir tecnología para construir reactores nucleares. Sin embargo, la presión de Estados Unidos, preocupada por la falta de adhesión de Brasil al NPT y sus posibles intenciones, llevó a que el acuerdo no prosperara.
Finalmente, a comienzos de la década de 1990, Brasil y Argentina renunciaron a sus programas de explosiones nucleares pacíficas, se integraron plenamente al Tratado de Tlatelolco y al NPT, consolidando la región como una zona libre de armas nucleares.
Este proceso, que podría parecer una simple historia de no proliferación, refleja las tensiones entre la aspiración soberana de desarrollo tecnológico y la presión internacional para mantener la estabilidad global. También pone en evidencia cómo la historia, la política interna y las relaciones internacionales convergen para definir el destino de una región.
Hoy, América Latina no solo es un espacio sin armas nucleares, sino un ejemplo de cómo la diplomacia, la negociación y la voluntad política pueden superar la amenaza de la proliferación atómica. No obstante, las tensiones globales actuales y la evolución tecnológica invitan a mantener una vigilancia constante sobre la región y sus compromisos.
Así, las verdades que emergen son claras: la ausencia de armas nucleares en América Latina no es un accidente ni una simple elección, sino el resultado de un delicado equilibrio entre seguridad, soberanía y diplomacia. Y las consecuencias, visibles hoy, son un legado de estabilidad regional en un mundo donde la amenaza nuclear sigue siendo una sombra latente.
2025-11-08