La crisis interna en el comando Matthei: un pulso de poder y estrategia en la derecha chilena

La crisis interna en el comando Matthei: un pulso de poder y estrategia en la derecha chilena
Actualidad
Política
2025-11-25
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- División y tensión interna en el comando de Evelyn Matthei ante el avance de José Antonio Kast.

- Debate estratégico y comunicacional que revela fracturas y disputas por el liderazgo.

- Implicancias para la centroderecha y el escenario electoral de cara a la primera vuelta presidencial.

Un terremoto bajo tierra en la derecha chilena. Desde mediados de junio, el comando de Evelyn Matthei enfrenta una crisis que ha puesto a prueba no solo su cohesión interna, sino también la fortaleza de su estrategia política y comunicacional. El 15 de junio se filtraron resultados de una encuesta confidencial que mostraban a José Antonio Kast superando a Matthei por encima del margen de error, un dato que encendió las alarmas y desató una serie de tensiones y movimientos en el equipo de campaña.

El avance del republicano Kast no es un fenómeno aislado, sino la culminación de meses en que su candidatura ha ido ganando terreno, especialmente gracias a un discurso duro en seguridad y orden público que ha calado en sectores desencantados con la moderación clásica de la centroderecha. Este contexto ha dejado al descubierto las fragilidades del comando de Matthei, que ha tenido que lidiar con críticas internas, rumores y una estructura comunicacional que no ha logrado consolidar un relato potente y diferenciado.

Voces enfrentadas y estrategias en pugna

En el seno de Chile Vamos, las posturas sobre cómo enfrentar a Kast y la campaña en general se han dividido de manera clara. Por un lado, hay quienes abogan por un enfrentamiento frontal y sin diplomacias, buscando marcar diferencias contundentes en temas valóricos y de gobernabilidad. Por otro, se sostiene que el verdadero adversario está en el oficialismo y que la prioridad debe ser conquistar el voto de centro e independiente, evitando caer en la polarización.

“No es lo mismo la Coca Cola que la Pepsi Cola”, graficó un parlamentario para justificar la necesidad de marcar diferencias con Kast. Mientras tanto, la diputada RN Ximena Ossandón enfatizó que las encuestas son solo una foto del momento y que el foco debe mantenerse en la competencia contra el oficialismo.

Esta tensión refleja una coalición que se debate entre mantener una identidad moderada o ceder espacio a las demandas de un electorado más duro y conservador, lo que a la vez revela disonancias cognitivas que complican la definición de un rumbo claro.

La estructura comunicacional: ¿un caballo cojo?

El modelo de 11 vocerías, diseñado para descomprimir la sobreexposición de Matthei, ha sido cuestionado por no haber logrado amplificar el mensaje ni generar un relato coherente. Desde tropiezos públicos, como las polémicas declaraciones sobre el Golpe de Estado y la pena de muerte, hasta la salida de figuras clave en comunicaciones, el equipo ha mostrado signos de desgaste.

La renuncia de Carla Munizaga a la jefatura de comunicaciones y la reestructuración interna con el periodista Cristián Torres asumiendo la dirección de comunicaciones son síntomas de una apuesta por corregir el rumbo, aunque sin certezas sobre su éxito.

El desgaste del liderazgo y la búsqueda de un sello propio

Matthei ha tenido que enfrentar no solo la presión de las cifras, sino también problemas de salud que la han mantenido fuera de compromisos claves, como el debate presidencial en La Araucanía, un escenario crucial para la derecha. Su liderazgo es cuestionado en términos de tracción ciudadana y capacidad para competir con la radicalidad discursiva de Kast.

Dentro de su coalición, hay quienes plantean que es momento de que Matthei estampe un sello propio, diferenciándose del piñerismo que ha dominado la centroderecha en las últimas décadas. El diputado UDI Juan Manuel Fuenzalida representa esta visión, proponiendo centralizar las vocerías y ampliar el foco hacia el centro político y los independientes.

El escenario electoral y las consecuencias visibles

Con la primera vuelta presidencial a la vuelta de la esquina, la crisis en el comando Matthei refleja un desafío mayor para la centroderecha: cómo articular un discurso y una estrategia que le permita disputar el liderazgo político frente a un rival que ha capitalizado el descontento y la polarización.

La campaña de Matthei ha lanzado recientemente el sitio web “EM26'”, que presenta ocho planes de gobierno en áreas clave como seguridad, inversión, empleo y lucha contra la corrupción, buscando reposicionarse en la batalla de las propuestas.

Pero más allá de la estrategia, lo que queda claro es que la derecha enfrenta un pulso interno que va más allá de una elección: es una batalla por definir su identidad política y su capacidad para adaptarse a un electorado fragmentado y exigente.

Constataciones finales

Los hechos muestran que la crisis del comando Matthei no es solo un problema táctico, sino una manifestación de tensiones profundas en la centroderecha chilena, que debe decidir entre mantener un perfil moderado o abrazar una postura más dura y confrontacional. La fragmentación interna y las disputas comunicacionales son síntomas de un proceso de redefinición política que tendrá consecuencias duraderas.

En este escenario, la campaña de Matthei debe resolver cómo equilibrar la experiencia y moderación con la necesidad de conectar con un electorado que demanda respuestas claras y contundentes. La capacidad para hacerlo podría determinar no solo su destino electoral, sino también el rumbo de la derecha en Chile para los próximos años.

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Fuentes consultadas: análisis de La Tercera (junio 2025), declaraciones públicas de actores políticos de Chile Vamos, informes de campañas electorales y seguimiento de medios especializados.