
Un vuelo que terminó en tragedia. El 21 de junio de 2025, un globo aerostático que transportaba a 21 pasajeros en el estado brasileño de Santa Catarina se incendió en pleno vuelo y cayó sobre un puesto de salud en el municipio de Praia Grande. Ocho personas murieron y trece sobrevivieron, algunas con heridas graves. Este accidente no sólo conmocionó a la región, sino que puso en el centro del debate la seguridad y regulación del turismo aéreo en Brasil.
El globo, operado por una empresa que posteriormente fue confirmada como irregular en su documentación, despegó en la mañana de ese sábado. Según el Cuerpo Militar de Bomberos de Santa Catarina, el incendio se originó mientras la aeronave estaba en vuelo, lo que provocó la caída inmediata sobre una zona poblada. El piloto fue detenido en el acto y las autoridades iniciaron una investigación exhaustiva.
Este hecho se suma a otro accidente similar ocurrido apenas una semana antes en São Paulo, donde una mujer embarazada perdió la vida y hubo múltiples heridos, también en un globo aerostático con irregularidades administrativas.
El gobernador de Santa Catarina, Jorginho Mello, se manifestó públicamente con un tono de condolencia y urgencia, destacando la necesidad de revisar los protocolos y la fiscalización de estas actividades turísticas. "No podemos permitir que la falta de regulación y control ponga en riesgo vidas inocentes", afirmó.
Por otro lado, sectores empresariales y turísticos han advertido que la sobre-regulación podría afectar negativamente a una industria que aporta ingresos significativos a regiones costeras y turísticas. Algunos operadores denuncian además una falta de apoyo estatal para formalizar y capacitar a los prestadores de servicios.
Desde la sociedad civil, organizaciones de defensa de consumidores y víctimas han exigido transparencia y sanciones ejemplares para evitar que estas tragedias se repitan. "Es inaceptable que la búsqueda de ganancias ponga en riesgo la vida humana", señaló una representante de una ONG local.
Brasil, con un turismo interno en auge y un clima favorable para actividades al aire libre, ha visto crecer la oferta de vuelos en globos aerostáticos, muchas veces sin la supervisión adecuada. La falta de normativas claras y la permisividad ante documentación irregular han sido señaladas como factores recurrentes en estos accidentes.
El choque entre la necesidad de desarrollo económico regional y la garantía de seguridad para turistas y comunidades locales se hace patente. Este episodio, lejos de ser aislado, refleja una problemática estructural en la gestión de riesgos y regulación estatal.
La tragedia del globo en Santa Catarina es una herida abierta que interpela a Brasil y a otros países de la región sobre cómo equilibrar la promoción turística con la protección efectiva de vidas humanas. La investigación en curso deberá esclarecer responsabilidades y establecer medidas concretas.
Mientras tanto, la sociedad observa con atención y exige que los aprendizajes sean traducidos en políticas públicas firmes y en un compromiso real con la seguridad. La historia muestra que en la omisión de controles y en la informalidad se esconden los riesgos más mortales.
Este episodio no solo es un llamado a la prudencia, sino también un espejo para quienes, desde distintos intereses, deben enfrentar la tensión entre progreso y protección.
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Fuentes consultadas: Cooperativa.cl, declaraciones oficiales del Cuerpo Militar de Bomberos de Santa Catarina, informes de prensa regionales y análisis de organizaciones civiles brasileñas.