
Un tablero en movimiento: desde principios de 2025, Millicom, con el respaldo del multimillonario francés Xavier Niel, ha acelerado su expansión en América Latina, aprovechando el repliegue de Telefónica en la región. Este fenómeno, que podría parecer simplemente un cambio de actores, es en realidad un choque de intereses y visiones sobre el futuro de las telecomunicaciones en un continente marcado por desigualdades y desafíos regulatorios.
El origen del pulso se remonta a la decisión de Telefónica de reducir su presencia en América Latina, una estrategia que abrió un vacío inmediato en varios mercados clave. Millicom, con una estructura financiera sólida y un enfoque innovador en servicios digitales y conectividad, emergió como el principal beneficiario. “Estamos ante un cambio de paradigma, donde actores más ágiles y con visión digital toman la delantera”, comenta un analista de la industria desde Santiago.
Perspectivas políticas y económicas divergen notablemente. Desde el sector empresarial chileno y regional, se valora la llegada de Millicom como una oportunidad para dinamizar la competencia y mejorar la oferta tecnológica. Sin embargo, voces críticas desde movimientos sociales y académicos alertan sobre posibles riesgos de concentración de mercado y la influencia de capitales extranjeros en sectores estratégicos.
En países como Colombia y Guatemala, donde Millicom posee fuerte presencia, la expansión ha generado debates en torno a la regulación y la protección de los consumidores. Representantes de organizaciones civiles advierten que sin una supervisión rigurosa, la promesa de mayor conectividad podría quedar en la superficie, mientras persisten brechas digitales profundas.
Desde el prisma regional, expertos señalan que la estrategia de Xavier Niel no solo busca consolidar un negocio rentable, sino también posicionarse en un escenario geopolítico donde la tecnología y el acceso a la información son armas de poder. “Esto no es solo una cuestión de mercado, sino de influencia y control en la infraestructura digital de América Latina”, sostiene un académico de la Universidad de Buenos Aires.
Las consecuencias visibles tras seis meses de este proceso muestran un aumento en inversiones en infraestructura, pero también una escalada en las discusiones sobre soberanía tecnológica y regulación estatal. Mientras tanto, los usuarios finales experimentan cambios en la oferta de servicios, aunque con preocupaciones sobre calidad y precios.
Verdades que emergen: La expansión de Millicom bajo el ala de Xavier Niel no es un simple movimiento corporativo, sino una batalla estratégica que involucra poder económico, política regional y derechos ciudadanos. La fragmentación de los actores tradicionales abre oportunidades, pero también desafíos para la gobernanza del sector.
En definitiva, América Latina observa cómo un magnate francés y su empresa se instalan en el centro de un escenario donde convergen intereses globales y locales, con un público expectante que busca entender no solo qué pasa, sino qué futuro se está construyendo en la conectividad del continente.
2025-11-08