La Fiebre Silenciosa: Cómo las Apuestas en Línea Conquistaron Chile a la Sombra de la Ley

La Fiebre Silenciosa: Cómo las Apuestas en Línea Conquistaron Chile a la Sombra de la Ley
2025-07-07

- Un mercado de más de 3.000 millones de dólares anuales opera en un limbo legal, mientras un proyecto de ley para regularlo lleva años estancado en el Congreso.

- Las ganancias fluyen hacia jurisdicciones extranjeras como Malta y Curazao, sin dejar impuestos en Chile, a pesar de usar masivamente la imagen de ídolos deportivos nacionales.

- El debate actual enfrenta el potencial recaudatorio para el Fisco contra los crecientes riesgos de ludopatía, conflictos de interés en el deporte y la desprotección de los usuarios.

Inicio Contextualizado: Un Mercado Normalizado en la Ilegalidad

A más de dos años de que el Ejecutivo ingresara un proyecto para regular las apuestas en línea, el escenario en Chile es paradójico. La publicidad de las 'bets' es omnipresente: auspician a los principales clubes de fútbol, sus logos visten las camisetas de ídolos nacionales y sus anuncios saturan los medios. Sin embargo, esta industria multimillonaria opera, en estricto rigor, al margen de la ley chilena. La decisión de la Fiscalía en abril de 2025 de archivar una investigación en su contra, sin declararlas ilegales, no hizo más que consolidar este status quo: un mercado funcional y en plena expansión que existe en una zona gris, tolerado pero no regulado. La pregunta ya no es si estas plataformas operarán, sino cómo y bajo qué condiciones el Estado chileno finalmente abordará un fenómeno que ya se instaló en la cotidianidad.

Desarrollo Analítico: El Origen del Boom y sus Consecuencias Visibles

El crecimiento exponencial de las apuestas en línea fue catalizado por la pandemia, que aceleró la digitalización del entretenimiento. Lo que siguió fue una agresiva estrategia de marketing y posicionamiento. Según un estudio de la consultora Yield Sec, en Chile operan más de 3.800 sitios de apuestas que en conjunto movieron más de 3.100 millones de dólares en 2024, una cifra comparable al mercado total de la carne en el país.

El modelo de negocio es tan simple como opaco. La mayoría de las empresas, como Betano, Coolbet o Jugabet, están domiciliadas en paraísos fiscales como Malta o Curazao. Esto les permite operar globalmente con licencias internacionales y una carga tributaria mínima, sin tener oficinas, empleados ni representación legal directa en Chile. Sus dueños son, en su mayoría, empresarios extranjeros —griegos, ucranianos, japoneses, suecos—, mientras que los rostros visibles en Chile son figuras como Arturo Vidal, Iván Zamorano o Marcelo Salas, creando una disonancia entre la imagen de cercanía y la realidad de un negocio deslocalizado.

Las consecuencias de esta expansión desregulada son cada vez más evidentes. Por un lado, la normalización del juego ha levantado alertas sobre el aumento de la ludopatía, un problema de salud pública que, según experiencias internacionales como la argentina, podría afectar a cerca del 3% de los usuarios activos. Por otro, han surgido conflictos de interés éticamente complejos, como el hecho de que la casa de apuestas de la que Arturo Vidal es embajador permita apostar sobre si el propio jugador recibirá una tarjeta en un partido, poniendo en tela de juicio la integridad de la competencia deportiva.

Perspectivas Contrastadas: El Dilema entre Recaudación y Riesgo

El debate sobre la regulación de las apuestas en línea se sostiene sobre tres pilares con visiones contrapuestas:

  • La postura de la industria: Representada por abogados como Carlos Baeza, quien agrupa a varias de las plataformas más grandes, la industria se muestra dispuesta a ser regulada. Argumentan que ya operan bajo estándares internacionales, que desean pagar impuestos y que una regulación formalizaría su actividad, daría certezas y protegería a los usuarios. Se presentan como actores económicos legítimos esperando un marco legal claro.
  • La visión fiscal y económica: Desde una perspectiva pragmática, economistas y columnistas subrayan la oportunidad que Chile está perdiendo. Se estima que la regulación podría generar una recaudación fiscal de hasta 600 millones de dólares anuales, aplicando un impuesto similar al de los casinos físicos. Estos recursos, argumentan, son cruciales en un contexto de estrechez fiscal y podrían financiar políticas sociales urgentes, como la reforma de pensiones.
  • La mirada social y de competencia: En la vereda opuesta, los casinos tradicionales y empresas estatales como Polla Chilena de Beneficencia han denunciado una competencia desleal. A ellos se suman voces de expertos en salud pública y organizaciones de consumidores que advierten sobre los peligros de una industria sin control: la desprotección de los usuarios ante eventuales estafas, la falta de mecanismos efectivos para prevenir el juego en menores de edad y el ya mencionado riesgo de adicción.

Contexto Histórico y Estructural: Cuando la Ley no Sigue a la Tecnología

Históricamente, los juegos de azar en Chile han sido un monopolio estatal o una actividad fuertemente regulada y localizada (casinos físicos). El fenómeno de las apuestas en línea representa una disrupción total de este modelo. Es un caso de libro de cómo la tecnología y los mercados globales avanzan a una velocidad que las legislaciones nacionales no pueden seguir. La lentitud en la tramitación del proyecto de ley evidencia la dificultad del sistema político para adaptarse a nuevas realidades económicas y sociales que no encajan en los marcos regulatorios preexistentes.

Estado Actual: Incertidumbre Prolongada

A la fecha, el proyecto de ley que busca regular la industria (Boletín 14838-03) fue aprobado por la Cámara de Diputados en 2022, pero permanece estancado en la Comisión de Hacienda del Senado. Mientras tanto, el mercado sigue creciendo en este limbo jurídico. La tensión entre la oportunidad económica y los riesgos sociales sigue sin resolverse, dejando a los jugadores sin protección, al Estado sin ingresos fiscales y a la industria en una ambigüedad que, paradójicamente, le ha permitido florecer sin contrapesos.

El tema representa un fenómeno socioeconómico de rápido crecimiento que ha operado en un vacío legal, generando consecuencias visibles en la cultura, el deporte y la economía. Su madurez permite un análisis profundo sobre la tensión entre la innovación tecnológica, la protección al consumidor y la lentitud regulatoria del Estado, ofreciendo una narrativa compleja sobre los desafíos de la modernidad y la gobernanza.