
En el Chile post-electoral de 2025, la batalla política no se ha zanjado en las urnas; más bien, se ha trasladado al terreno intangible de la confianza ciudadana. A casi cinco meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias, un análisis profundo de la encuesta Vox Pop, realizada por la empresa In Situ, revela que la ciudadanía no solo vota por propuestas o partidos, sino que prioriza una compleja amalgama de factores emocionales y simbólicos que definen su cercanía con los candidatos.
La encuesta, que descompone la preferencia electoral en cinco dimensiones —confianza, cercanía, liderazgo, carisma y competencia en crisis—, pone en evidencia un escenario político fragmentado y polarizado, donde “la confianza se ha convertido en el verdadero campo de batalla”, según Pablo Subercaseaux, sociólogo y director del estudio.
Oficialismo y oposición en pugna por la narrativa de legitimidad
Desde la perspectiva del oficialismo, el carisma y la cercanía han sido sus armas más fuertes, logrando conectar con segmentos urbanos y jóvenes que valoran líderes que transmiten empatía y un estilo cercano. Sin embargo, esta estrategia ha generado críticas desde la oposición, que acusa a sus rivales de privilegiar la forma sobre el fondo, y de “vender una imagen más que un proyecto sólido”. Para la derecha y centro derecha, en cambio, la competencia en crisis y el liderazgo firme aparecen como valores centrales, apelando a una ciudadanía que busca estabilidad y manejo eficiente ante incertidumbres económicas y sociales.
Voces ciudadanas: entre la esperanza y el desencanto
En regiones, el análisis arroja matices que reflejan las distintas realidades sociales y económicas. En el norte, por ejemplo, la confianza se vincula estrechamente con la capacidad de los candidatos para abordar la crisis hídrica y la seguridad, mientras que en el sur el énfasis recae en la justicia social y la protección del medioambiente. “Necesitamos líderes que entiendan nuestra realidad, no solo que hablen bonito”, comenta una vecina de Temuco. Esta diversidad de prioridades pone en tensión la homogeneidad de las campañas nacionales.
El desafío de la política chilena: reconstruir confianza en tiempos de fractura
Los resultados de Vox Pop no solo ilustran la complejidad del electorado, sino que también evidencian un desgaste profundo en la relación entre la ciudadanía y sus representantes. La confianza, lejos de ser un capital político garantizado, es un bien escaso y disputado. La polarización y la desconfianza institucional se reflejan en la volatilidad de las preferencias y en la creciente demanda de autenticidad y coherencia.
En definitiva, el escenario político chileno enfrenta una paradoja: mientras los candidatos intentan seducir con carisma y liderazgo, la ciudadanía reclama más que nunca una política que responda a sus necesidades concretas y que supere la superficialidad del espectáculo electoral. Como concluye Subercaseaux, “la verdadera elección es si la política logra o no reconstruir un vínculo genuino con la sociedad”.
Este análisis invita a mirar más allá de los titulares inmediatos y a comprender que la confianza, ese intangible que define el destino político, se construye con tiempo, coherencia y respuestas reales a las demandas sociales. En este coliseo político, el espectador no es mero testigo, sino actor crítico de una tragedia que aún está por definirse.