Chile y los BRICS: Un giro estratégico con consecuencias aún por medir

Chile y los BRICS: Un giro estratégico con consecuencias aún por medir
Internacional
América Latina
2025-11-25
Fuentes
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- Participación inédita de Chile en la Cumbre BRICS 2025 como invitado especial.

- Debate público y político sobre los beneficios y riesgos de acercarse a esta alianza global.

- Impactos visibles en la política exterior y económica chilena seis meses después.

Un paso hacia el Sur Global

El 6 de julio de 2025, el Presidente Gabriel Boric viajó a Río de Janeiro para asistir a la Cumbre de Líderes de los BRICS, marcando la segunda ocasión en que Chile participa en esta instancia, luego de la presencia de Michelle Bachelet en 2014. Esta invitación refleja un cambio notable en la política exterior chilena, que hasta hace poco se mantenía más alineada con bloques tradicionales occidentales.

Los BRICS, ahora ampliados a once países, buscan fortalecer su influencia en la gobernanza global y promover un desarrollo más inclusivo y sostenible desde la perspectiva del Sur Global. Chile, en calidad de invitado, ha buscado aprovechar esta plataforma para diversificar sus alianzas y posicionarse como un actor relevante en la cooperación económica y política internacional.

Perspectivas en pugna

Desde el oficialismo, la participación en los BRICS se ha presentado como una oportunidad para abrir nuevos mercados y fortalecer la autonomía estratégica del país. “Chile debe mirar más allá de los viejos esquemas y encontrar en esta alianza una vía para ampliar su presencia global”, señaló un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Sin embargo, la oposición ha cuestionado esta estrategia, advirtiendo riesgos de alineamiento con países que tienen cuestionamientos en materia de derechos humanos y gobernanza democrática. “No podemos poner en riesgo la reputación internacional de Chile ni su compromiso con los valores democráticos por un acercamiento apresurado a un bloque con intereses geopolíticos ambiguos”, expresó un parlamentario de centro derecha.

Voces regionales y sociales

En el norte y sur del país, comunidades indígenas y organizaciones sociales han mostrado cautela, cuestionando la falta de consulta amplia sobre los impactos que podría tener esta inserción internacional en materias como minería, medioambiente y comercio.

Expertos en relaciones internacionales coinciden en que la participación chilena en los BRICS es una jugada de mediano y largo plazo, cuyos beneficios y costos aún están por evaluarse con rigor. La apertura a nuevos mercados puede ayudar a mitigar la dependencia tradicional de Estados Unidos y Europa, pero también implica navegar en aguas geopolíticas complejas.

Conclusiones y desafíos pendientes

A seis meses de la cumbre, Chile ha iniciado una serie de acuerdos bilaterales con miembros del bloque, aunque sin compromisos formales de adhesión. La estrategia parece orientarse a mantener un equilibrio entre la diversificación de socios y la preservación de sus valores democráticos y comerciales.

Esta historia está lejos de cerrarse. La tensión entre pragmatismo económico y principios políticos seguirá alimentando el debate nacional. Lo cierto es que Chile ha entrado en un escenario global más fragmentado y competitivo, donde cada movimiento debe calibrarse con cuidado para no sacrificar soberanía ni credibilidad.

La invitación a los BRICS es más que un evento diplomático: es un desafío para que Chile defina con claridad qué tipo de país quiere ser en la próxima década.