
Un tablero global en el que China tiene la mano ganadora
En junio de 2025, la Agencia Internacional de Energía (AIE) confirmó que China domina el 70% del refinado mundial de minerales críticos, con un control abrumador en tierras raras que alcanza hasta el 95%. Este dominio no es casualidad ni resultado exclusivo de ventajas naturales, sino de una estrategia estatal que combina inversiones, subsidios y controles de exportación para mantener su supremacía.
El contexto geopolítico ha cambiado: ya no es solo una cuestión de aranceles o comercio, sino de quién controla los recursos esenciales para la tecnología, la descarbonización y la industria militar. Estados Unidos, que en el pasado intentó contrarrestar esta concentración, se encontró en la reciente reunión con China en una posición subordinada, evidenciando que 'China tiene las cartas' en esta partida global.
Perspectivas contrapuestas: ¿ventaja estratégica o riesgo para la estabilidad?
Desde el punto de vista chino, el control de estos minerales es una herramienta legítima para asegurar su desarrollo tecnológico y su influencia internacional. Como recuerda el embargo impuesto a Japón en 2010, este dominio puede ser usado como palanca política, pero también ha obligado a otros países a diversificar y fortalecer sus cadenas.
Para Estados Unidos y sus aliados, esta concentración representa un riesgo estratégico que pone en jaque la seguridad tecnológica y militar, además de la transición energética. La respuesta no ha sido solo diplomática, sino un llamado a incentivar la producción y refinación en otros territorios, aunque con resultados limitados.
Chile en la encrucijada: ¿proveedor o jugador global?
Chile, con sus vastos recursos minerales, aparece como un actor potencialmente clave para equilibrar esta dinámica. Sin embargo, especialistas como Matías Pinto, exjefe del Departamento Económico de la Embajada de Chile en EEUU, advierten que 'tener las cartas no basta; hay que jugar la mano con inteligencia y visión de largo plazo'.
Actualmente, Chile se encuentra mayoritariamente en el rol de proveedor de materia prima, sin una estrategia consolidada para avanzar en la cadena de valor, como la refinación o el desarrollo tecnológico asociado. Esto limita su influencia y lo expone a las fluctuaciones del mercado global y las decisiones de actores externos.
Voces desde la sociedad y el sector político
Desde el mundo empresarial, hay consenso en la necesidad de una política pública que fomente la inversión en tecnologías de procesamiento y valor agregado, pero advierten sobre la complejidad de competir con subsidios estatales chinos.
En el ámbito político, las posturas se dividen: mientras algunos sectores promueven una apertura a alianzas internacionales para diversificar mercados y tecnologías, otros reclaman una mayor protección y control estatal sobre los recursos, buscando evitar la dependencia y asegurar beneficios para las comunidades locales.
Las comunidades indígenas y organizaciones sociales plantean, además, la urgencia de que cualquier desarrollo respete los derechos territoriales y ambientales, evitando repetir patrones extractivistas que han generado conflictos y desigualdades.
Conclusiones: un escenario de múltiples desafíos y oportunidades
El dominio chino en minerales críticos es una realidad consolidada que redefine las reglas del juego global. Chile enfrenta la disyuntiva de permanecer como mero proveedor o transformarse en un actor con capacidad de influencia en toda la cadena de valor.
Esto implica no solo decisiones económicas, sino también políticas, sociales y ambientales, en un contexto donde la competencia internacional es feroz y los riesgos estratégicos evidentes.
La historia muestra que la dependencia sin estrategia puede ser costosa; la oportunidad está en construir una visión integrada, que combine inversión, innovación y respeto por los derechos, para que Chile no solo tenga las cartas, sino que también juegue para ganar.
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Fuentes: Agencia Internacional de Energía (IEA), análisis de Matías Pinto, Diario Financiero (junio 2025).
2025-11-11