Una casa que no puede ser simplemente un inmueble, sino un testimonio vivo y un desafío para Chile. Así se presentó la entrega oficial del sitio de memoria ubicado en calle Irán 3037, un espacio que durante años fue un centro clandestino de detención, tortura y violencia política-sexual bajo la dictadura militar. El 9 de septiembre de 2025, el gobierno firmó la concesión por 25 años para que este lugar funcione como un sitio público, comunitario y abierto de memoria.
Este inmueble, declarado Monumento Histórico en 2016 y recuperado por el Estado en 2023 mediante un decreto expropiatorio, es conocido como Venda Sexy, nombre con el que se identifica la violencia sistemática que se ejerció allí. “Lo que aquí ocurrió no fue inevitable”, afirmó el ministro de Bienes Nacionales, Francisco Figueroa, en la ceremonia, subrayando la importancia de que el país no olvide ni niegue las atrocidades cometidas.
Las autoridades presentes, entre ellas la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, y la subsecretaria de Derechos Humanos, Daniela Quintanilla, destacaron que este acto no solo es simbólico, sino que abre un nuevo ciclo donde la comunidad de sobrevivientes, familiares y vecinos tendrá un rol decisivo en definir el futuro del espacio. “Ahora viene un nuevo ciclo, en el que va a ser la comunidad la que defina cómo será el futuro de esta casa”, explicó Orellana.
Sin embargo, esta entrega no está exenta de controversias. La presidenta de la Asociación de Memoria y Derechos Humanos Venda Sexy, Alejandra Holzapfel, reconoció que el Estado ha llegado tarde y con indiferencia en muchas ocasiones, pero valoró la empatía del actual gobierno. “Debemos agradecer la empatía de este gobierno joven que nos llena de esperanza ahora”, señaló, aludiendo a una institucionalidad que históricamente ha sido insuficiente en la reparación.
Por otro lado, algunos sectores políticos y sociales cuestionan la forma en que se está gestionando la memoria, temiendo que el sitio pueda perder su carácter crítico y transformarse en un mero espacio museográfico sin una verdadera vinculación con las demandas actuales de justicia y verdad.
El sitio de memoria Irán 3037 no solo recuerda la brutalidad del pasado, sino que representa un espejo para el presente y un llamado a la reflexión profunda. Entre 1974 y 1977, este lugar fue uno de los principales centros de detención y tortura de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), donde la violencia política-sexual fue una constante, según el Informe Valech.
Este reconocimiento oficial y la apertura al público buscan evitar que el horror vivido se diluya en el olvido o se relativice en discursos que reivindican la dictadura. “En tiempos en que algunos reivindican el horror que en estas paredes se vivió, hoy cualquiera podrá cruzar la puerta y verlo”, afirmó la ministra Orellana.
Este proceso de concesión y habilitación del sitio de memoria trae consigo una serie de conclusiones inevitables. Primero, el reconocimiento de que la memoria es un campo de batalla donde se dirimen las narrativas sobre el pasado y sus consecuencias en el presente. Segundo, la necesidad de que el Estado asuma un rol activo y empático en la reparación, más allá de gestos simbólicos tardíos.
Finalmente, queda claro que los sobrevivientes y sus comunidades son los actores centrales en la definición de cómo se debe preservar y transmitir esta herida nacional, un desafío que involucra a toda la sociedad chilena.
Este sitio no es un simple monumento, sino un recordatorio vivo de la tragedia ajena que no debe repetirse, un espacio para la catarsis colectiva y la reflexión crítica, donde el espectador es testigo y juez de una historia que aún interpela al Chile de hoy.
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Fuentes: La Tercera (2025-09-09), Informe Valech, declaraciones oficiales del Ministerio de Bienes Nacionales y Ministerio de la Mujer.