Trump intensifica deportaciones en ciudades santuario: un pulso que fractura a Estados Unidos

Trump intensifica deportaciones en ciudades santuario: un pulso que fractura a Estados Unidos
Internacional
Estados Unidos
2025-11-25
Fuentes
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- Política migratoria en el centro de un choque entre gobierno federal y ciudades santuario.

- Protestas masivas y respuesta policial que evidencian la tensión social.

- Impacto económico en sectores que dependen de migrantes indocumentados, desencadenando dilemas complejos.

En junio de 2025, el expresidente Donald Trump ordenó una escalada en las deportaciones de migrantes indocumentados, focalizando sus esfuerzos en las llamadas ciudades santuario, aquellas jurisdicciones que limitan la colaboración con las autoridades migratorias federales. El 16 de junio, Trump publicó en su red social un llamado a las agencias federales para ejecutar "el programa de deportaciones masivas más grande de la historia". Esta directiva no solo avivó un conflicto político, sino que también desató una ola de protestas y tensiones en varias metrópolis estadounidenses, desde Los Ángeles hasta Nueva York y Portland.

Un choque de visiones políticas y sociales

Las ciudades santuario, defendidas por autoridades locales, argumentan que su política protege derechos legales y humanos de migrantes indocumentados. Desde esta perspectiva, la medida de Trump representa una agresión directa contra comunidades vulnerables y una violación a la autonomía local. Por otro lado, el gobierno federal, bajo la batuta de Trump, sostiene que la seguridad nacional y el orden público requieren una acción firme contra la inmigración ilegal, especialmente en zonas con alta concentración de migrantes.

Este enfrentamiento no es solo jurídico o administrativo: es un pulso entre dos visiones de Estados Unidos, una que prioriza la seguridad y la legalidad estricta, y otra que pone el foco en la inclusión y los derechos humanos. Como señaló un activista en Los Ángeles, "estas deportaciones masivas son un ataque a nuestras familias y a nuestra comunidad".

Protestas y represión: la tragedia de un país dividido

Desde que la orden se implementó, se registraron manifestaciones multitudinarias, mayoritariamente pacíficas, pero con momentos de violencia que dejaron al menos una persona muerta en Salt Lake City. La policía respondió con gas lacrimógeno y municiones no letales para dispersar a los manifestantes en ciudades como Los Ángeles y Portland, intensificando la sensación de un país fracturado.

Este escenario recuerda la tensión de una arena donde los contendores no solo luchan por políticas migratorias, sino por la identidad misma de Estados Unidos. El despliegue de infantes de marina para contener las protestas fue criticado por organizaciones de derechos humanos y sectores políticos opositores.

Consecuencias económicas y sociales palpables

Más allá del choque político y social, la orden de deportaciones masivas ha tenido un impacto tangible en la economía. Sectores clave como la agricultura, la hotelería, la restauración y las empacadoras de carne, que dependen en gran medida del trabajo migrante, han visto una reducción significativa de su fuerza laboral.

Un empresario agrícola de California comentó: "La escasez de mano de obra amenaza la temporada de cosecha y pone en riesgo miles de empleos". Esta realidad pone en evidencia la complejidad del problema migratorio, donde las decisiones políticas repercuten directamente en la vida económica y social de millones.

Verdades y certezas emergentes

Tras meses de confrontación, se pueden constatar varias verdades irrefutables. Primero, que la política migratoria estadounidense sigue siendo un terreno minado de tensiones políticas, sociales y económicas. Segundo, que las ciudades santuario representan un bastión de resistencia local frente a políticas federales que perciben como agresivas. Tercero, que la sociedad estadounidense está profundamente dividida, no solo en torno a la inmigración, sino en la definición misma de su futuro como nación.

Finalmente, este episodio confirma que las políticas migratorias no son solo decisiones administrativas: son actos que moldean identidades, fracturan comunidades y desafían los límites del poder en una democracia compleja. La historia de estas deportaciones masivas es, en definitiva, la tragedia de un país que lucha por encontrar un equilibrio entre seguridad, derechos humanos y cohesión social.

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Fuentes: BBC News Mundo, Reuters, testimonios de activistas y empresarios locales.