
Un encuentro que sacudió los cimientos de la Democracia Cristiana (DC) y el escenario político nacional. El pasado lunes 24 de noviembre de 2025, el expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle recibió en su domicilio al candidato presidencial José Antonio Kast, en una reunión privada que se extendió por cerca de una hora. Este gesto, que en apariencia podría parecer un simple diálogo entre figuras políticas, ha desatado una profunda controversia que refleja las tensiones y fracturas internas de la DC y, por extensión, del país.
Frei, histórico líder de la DC y expresidente, reconoció que, pese a sus diferencias políticas, coincidieron "en temas esenciales para nuestro país" y subrayó la necesidad de unidad en un momento decisivo. Sin embargo, esta declaración no calmó las aguas. El presidente actual de la DC reaccionó con dureza, señalando que la reunión "lesiona la memoria DC" y calificando la conducta de Frei como "irresponsable" y un arrastre del "poncho". La metáfora alude a un desgaste político y a una desconexión con el espíritu original del partido, que históricamente ha estado vinculado a valores humanistas y progresistas.
La controversia no solo exhibe un choque generacional y de visiones dentro de la DC, sino que también pone en evidencia la complejidad del escenario electoral donde la izquierda y la derecha radicalizadas se enfrentan con una polarización cada vez más marcada.
Desde la Democracia Cristiana, la división es palpable. Algunos sectores ven en la actitud de Frei un gesto pragmático que busca evitar el avance de la candidata comunista Jeannette Jara, mientras otros lo interpretan como una traición a los principios fundacionales del partido.
“Este es un camino que no comparto en lo absoluto y que no voy a seguir”, había advertido Frei meses atrás cuando la DC decidió apoyar a Jara, lo que anticipaba la fractura.
Por otro lado, el electorado muestra signos de desconcierto. Encuestas recientes, como la Cadem, indican que Kast aventaja por más de 15 puntos, pero también reflejan una alta tasa de indecisos y votantes nulos, que podrían estar expresando su rechazo a la polarización y a la falta de consensos claros.
Este episodio no es solo un rifirrafe interno, sino que pone en evidencia la crisis de representación y la volatilidad política que vive Chile en esta etapa. La DC, otrora pilar de la política nacional, enfrenta un momento de redefinición que podría marcar su futuro.
Asimismo, la reunión y sus repercusiones evidencian la dificultad para construir puentes en un país cada vez más fragmentado, donde la urgencia electoral parece sobreponerse a la coherencia ideológica y al diálogo profundo.
Para la ciudadanía, este caso invita a una reflexión crítica sobre las dinámicas políticas actuales: la importancia de entender las motivaciones detrás de los gestos, la necesidad de pluralidad en las voces y la urgencia de superar la lógica del antagonismo para avanzar hacia un Chile más cohesionado.
En definitiva, la reunión entre Frei y Kast no es un simple episodio aislado, sino un síntoma de las complejidades y desafíos que enfrenta la política chilena en 2025, donde las heridas del pasado y las tensiones del presente se entrecruzan en un escenario que exige, más que nunca, pensamiento crítico y distancia analítica.
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Fuentes consultadas: T13, La Segunda, Cambio 21, Cadem.