El estallido social en Chile: seis años después, entre heridas abiertas y discursos irreconciliables

El estallido social en Chile: seis años después, entre heridas abiertas y discursos irreconciliables
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Política
2025-11-25
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- Persistente polarización política entre derecha, centroizquierda y sectores radicales.

- Balance judicial y social: casi 33 mil causas penales y heridas sin sanar.

- Riesgo latente de nuevas movilizaciones en un país aún fracturado.

A seis años del estallido social que sacudió a Chile en octubre de 2019, el país sigue enfrentando las secuelas de una revuelta que marcó un antes y un después en su historia reciente. Desde el 18 de octubre de 2019 hasta marzo de 2020, la Fiscalía Nacional llevó adelante 32.901 investigaciones relacionadas con delitos ocurridos en ese periodo, incluyendo 11.506 denuncias por violencia institucional y más de 3 mil ilícitos contra agentes del Estado. Estas cifras revelan la magnitud de un fenómeno que dejó heridas abiertas en la sociedad y en las instituciones.

En el escenario político, la conmemoración del sexto aniversario se convirtió en un campo de batalla discursivo donde convergen y chocan posiciones irreconciliables. Por un lado, la derecha tradicional y la derecha dura, representadas por figuras como José Antonio Kast y Arturo Squella, han utilizado la fecha para denunciar un supuesto respaldo del oficialismo a la violencia y para criticar la gestión del gobierno en materia de seguridad. Kast ha insistido en que el estallido fue un "estallido delictual" que dejó destrucción y retrocesos, mientras Squella ha acusado a la candidata oficialista Jeannette Jara de validar la violencia y de perseguir a Carabineros.

En contraste, desde el oficialismo y sectores de la centroizquierda, Jara y otros dirigentes han defendido la legitimidad de las protestas como expresión de un malestar social profundo y han rechazado las acusaciones de justificar la violencia. "La ultraderecha chilena le quiere pasar un mensaje a la ciudadanía que nunca más se le vaya a ocurrir salir a manifestarse", afirmó Jara, quien además ha señalado que las demandas sociales siguen vigentes y que su candidatura está orientada a sumar, no a dividir.

Entre estas posiciones extremas, voces del Frente Amplio, el Partido Comunista y el Partido Socialista han llamado a una mirada más compleja y profunda del fenómeno, reconociendo avances parciales —como la reforma previsional— pero también la persistencia de demandas insatisfechas y el riesgo de que nuevas crisis sociales se repitan. La ministra Camila Vallejo sintetizó esta visión: "Esto no es blanco o negro. Hemos avanzado, pero hay cosas que todavía falta resolver".

La ciudadanía refleja esta complejidad y desgaste. Estudios recientes muestran una caída significativa en el respaldo a las movilizaciones de 2019, pasando de un 64% en 2021 a un 37% en 2025. Este descenso no sólo revela un cansancio social, sino también la dificultad para traducir las protestas en cambios reales y sostenibles.

En el plano judicial, el saldo es abrumador: miles de causas penales, con un porcentaje bajo de condenas, y un sistema que enfrenta el desafío de impartir justicia en un contexto marcado por la violencia y la desconfianza.

Finalmente, el análisis social alerta sobre un Chile contenido, pero frágil. Un informe de junio de este año advertía sobre un murmullo creciente en los barrios más afectados por la inseguridad, la precariedad y la exclusión, donde la rabia y la frustración podrían cristalizar en un nuevo estallido. "Cuando se ha perdido todo, no se vota con miedo, se vota con rabia", señalaba el texto, describiendo una ciudadanía que exige transformaciones profundas y reales.

En suma, el estallido social de 2019 sigue siendo un espejo donde Chile observa sus divisiones, sus heridas y sus esperanzas truncas. La conmemoración del sexto aniversario no solo reaviva memorias dolorosas, sino que pone en evidencia que la reconciliación social y política sigue siendo una tarea pendiente. La pregunta que queda flotando es si el país podrá aprender de ese pasado reciente para evitar repetirlo, o si la tensión acumulada desembocará en nuevas crisis que desafíen nuevamente la estabilidad democrática.

Este es el escenario que enfrentan los actores políticos, las instituciones y la sociedad civil, en un Chile que busca, con dificultad, encontrar caminos para transformar el malestar en diálogo, justicia y progreso.

Fuentes: La Tercera, Cooperativa.cl, El País Chile, informes del Ministerio Público, declaraciones públicas de líderes políticos y análisis sociales recientes.