- La quiebra de Corona no es un hecho aislado, sino la señal más visible del fin del modelo de retail tradicional basado en grandes tiendas departamentales.
- Mientras un modelo muere, otro nace: una inversión de US$600 millones en nuevos centros comerciales y el auge del emprendimiento digital revelan una transición hacia el comercio experiencial y la economía de nichos.
- Los locales vacíos de Corona se convierten en el nuevo tablero estratégico urbano, abriendo una disputa por redefinir los centros de las ciudades: ¿serán para vivienda, logística de última milla o nuevos formatos comerciales?
Inicio Prospectivo: El Silencio de un Gigante
El cierre definitivo de las 51 tiendas Corona en julio de 2025 no es solo el epílogo de una empresa con medio siglo de historia; es el sonido de un modelo de negocio que se apaga. Las imágenes de las cortinas metálicas bajando en locales que fueron pilares del comercio en capitales regionales y barrios emblemáticos de Santiago son una señal potente. Sin embargo, este vacío no anuncia un apocalipsis para el comercio físico. Por el contrario, representa un punto de inflexión, un catalizador que acelera la reconfiguración del paisaje urbano y de los hábitos de consumo en Chile.
La paradoja es elocuente: mientras Corona liquidaba su inventario, los grandes operadores como Cenco Malls, Parque Arauco y Vivo anunciaban inversiones por más de US$600 millones en ocho nuevos centros comerciales. Este contraste no es una contradicción, sino la evidencia de una profunda metamorfosis: el retail de transacción masiva cede su lugar al comercio de experiencia, y la tienda ancla tradicional es reemplazada por el centro urbano de uso mixto.
Desarrollo Anticipatorio: Los Futuros Posibles para el Espacio Vacante
La caída de un gigante como Corona, seguida por la liquidación de otras empresas icónicas como el fabricante de muebles Fernando Mayer, libera miles de metros cuadrados en ubicaciones estratégicas. Este nuevo mapa de espacios vacíos se convierte en un laboratorio para proyectar el futuro de las ciudades chilenas. Tres escenarios principales emergen con fuerza.
- La Ciudad "Phygital" y la Logística de Última Milla: En este escenario, los antiguos locales de Corona no se llenan con un único sucesor, sino que se transforman en ecosistemas híbridos. Podrían convertirse en "dark stores" (bodegas urbanas para despachos ultra rápidos de e-commerce), showrooms de marcas nativas digitales que necesitan un punto de contacto físico, o centros de co-working que se benefician de la conectividad de los antiguos centros comerciales. Los nuevos malls ya nacen con esta lógica: el proyecto Mall Vivo Santiago en Ñuñoa, por ejemplo, integra una torre de departamentos y apart hotel, entendiendo que el flujo de personas ya no dependerá solo de la compra, sino de la vida cotidiana.
- La Metrópolis de Nichos y el Auge del Emprendedor Digital: El fin del modelo "talla única" de la multitienda abre la puerta a la especialización. Los grandes pisos de venta de Corona podrían ser subdivididos para albergar a una nueva generación de emprendedores. Según el estudio "Radar Emprendedor 2025", casi la mitad de ellos ya utiliza Inteligencia Artificial y un 87% usa redes sociales para potenciar sus negocios. Estos actores, más ágiles y tecnológicos, podrían revitalizar los centros urbanos con una oferta diversa y de nicho, creando mercados modernos que combinan la venta directa, la cultura y la gastronomía, como lo insinúa el proyecto Plaza Franklin, que mezcla comercio con viviendas y oficinas.
- La Reconversión Urbana y el Desafío de la Desigualdad: Un tercer escenario, más complejo, se centra en el impacto social y urbano. Los 1.800 trabajadores de Corona son solo la punta del iceberg de una transformación laboral que demanda nuevas habilidades. El futuro del trabajo en el sector no estará en la reposición de estanterías, sino en la gestión de datos, el marketing digital y la experiencia del cliente. A nivel urbano, la reconversión de los locales de Corona podría acelerar procesos de gentrificación si solo se prioriza la rentabilidad inmobiliaria. El caso de la familia Schupper, que tras la quiebra de la operación de retail conserva un patrimonio inmobiliario avaluado en cerca de US$80 millones, demuestra que el negocio subyacente es el suelo. La decisión de qué hacer con estos espacios —si se destinan a vivienda asequible, servicios públicos o comercio de alto valor— será un punto de inflexión crítico para el desarrollo equitativo de las ciudades.
Perspectivas Contrastadas: La Batalla por el Futuro del Metro Cuadrado
- Los Grandes Operadores (Cenco, Parque Arauco): Apuestan por la escala y la experiencia integrada. Su visión es que el mall no ha muerto, sino que evoluciona hacia un destino multipropósito, un centro de vida social donde el comercio es solo un componente más, junto al ocio, la vivienda y los servicios.
- Los Inversionistas Inmobiliarios: Para ellos, la quiebra de Corona es una oportunidad de liberación de activos. Ven los locales no como tiendas, sino como terrenos con un potencial de reconversión hacia usos más rentables, desde edificios residenciales hasta centros de salud o bodegas logísticas, maximizando el valor del suelo.
- Urbanistas y Ciudadanía: Expresan una preocupación por la posible aparición de "zonas fantasma" si la reconversión es lenta. Sin embargo, también ven una oportunidad única para repensar los centros urbanos, promoviendo un desarrollo más denso, mixto y orientado al peatón, recuperando el espacio público que el modelo centrado en el automóvil y el mall cerrado había privatizado.
- Nuevos Emprendedores: Son los optimistas digitales. Ven en los espacios vacíos y en la fragmentación del mercado una oportunidad para competir con modelos de negocio más ligeros, basados en la tecnología y la conexión directa con comunidades de consumidores específicas.
Paralelos Históricos y Estado Proyectado
La transformación actual recuerda al declive de los cines de barrio en los años 80 y 90, desplazados por los complejos multisala en los malls. Aquellos espacios icónicos fueron demolidos o reconvertidos, cambiando la fisonomía de las calles. Hoy, el ciclo se repite a una escala mayor. La caída de Corona no es el fin del comercio físico, sino el fin de un paradigma de consumo.
El futuro proyectado no es de tiendas vacías, sino de espacios en plena mutación. La tendencia dominante es el paso de lo transaccional a lo experiencial. El riesgo más grande es una transición socialmente desigual que deje atrás a miles de trabajadores con habilidades obsoletas. La oportunidad latente es inmensa: utilizar esta disrupción como una palanca para diseñar ciudades más resilientes, diversas y humanas. Las antiguas tiendas Corona no son un mausoleo del retail del siglo XX, sino la primera página en blanco del comercio y la vida urbana del siglo XXI.
El cierre de una empresa emblemática con 50 años de historia representa un caso de estudio paradigmático sobre la transformación económica y social. La historia ha madurado, permitiendo un análisis profundo de sus causas estructurales (auge del e-commerce, cambio en los hábitos de consumo) y sus consecuencias visibles (impacto laboral, crisis del modelo de grandes tiendas). Ofrece una oportunidad para proyectar escenarios futuros sobre la evolución del retail, el mercado laboral y la fisonomía de las ciudades, trascendiendo la crónica del evento para explorar un cambio de era.