Trump anuncia detenciones terrestres a narcos venezolanos: un giro en la estrategia antidrogas de EE.UU.

Trump anuncia detenciones terrestres a narcos venezolanos: un giro en la estrategia antidrogas de EE.UU.
Internacional
América Latina
2025-11-27
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- Cambio de táctica: de ataques navales a operaciones terrestres contra narcotraficantes venezolanos.

- Tensiones diplomáticas: la escalada entre EE.UU. y Venezuela en un contexto de sanciones y acusaciones.

- Impacto regional: voces divididas sobre la efectividad y consecuencias de la estrategia estadounidense.

El escenario se despliega con crudeza y tensión. El 27 de noviembre, el expresidente Donald Trump sorprendió al anunciar que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos comenzarían a detener a narcotraficantes venezolanos por tierra, un paso que marca un cambio notable tras meses de operaciones militares enfocadas en el mar Caribe. Desde septiembre, EE.UU. había concentrado sus esfuerzos en interceptar “narcolanchas”, logrando detener aproximadamente el 85% del flujo de drogas por vía marítima. Sin embargo, según Trump, esta vía se ha vuelto menos viable para los traficantes, quienes ahora optan por rutas terrestres, lo que ha llevado a Washington a preparar nuevas acciones en tierra firme.

El anuncio, realizado durante una llamada de Acción de Gracias con militares estadounidenses, no detalló las medidas específicas que se adoptarán en territorio venezolano. Trump justificó la escalada señalando que el narcotráfico desde Venezuela “manda veneno a Estados Unidos, donde mata a miles de personas al año”. Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión bilateral, donde EE.UU. ha desplegado su portaaviones USS Gerald R. Ford en el Caribe y ha declarado terrorista al denominado “Cartel de los Soles”, vinculado al régimen de Nicolás Maduro.

Voces enfrentadas: entre la firmeza y la preocupación

Desde la administración estadounidense, la narrativa oficial sostiene que la estrategia busca proteger a la población norteamericana del impacto letal del narcotráfico. Sin embargo, expertos en relaciones internacionales y derechos humanos advierten sobre los riesgos de una intervención más agresiva que podría desestabilizar aún más la región.

En Venezuela, el gobierno de Maduro ha denunciado estas acciones como una agresión directa y una violación de la soberanía nacional. “EE.UU. pretende justificar una invasión bajo el pretexto del combate al narcotráfico”, afirmó un vocero oficial, mientras que sectores opositores venezolanos se mantienen divididos entre apoyar medidas que reduzcan el poder de los carteles y temer una escalada militar que afecte a la población civil.

Consecuencias regionales y desafíos futuros

El cambio de táctica estadounidense pone en jaque a países vecinos, que podrían verse involucrados en operaciones terrestres o en un aumento de la presión migratoria y de seguridad. Organismos multilaterales y gobiernos de la región han llamado a la calma y a buscar soluciones diplomáticas que eviten un conflicto abierto.

Además, la efectividad real de esta nueva fase aún es incierta. Históricamente, las intervenciones militares en territorios con estructuras criminales complejas han resultado en desplazamientos de rutas y violencia colateral, sin erradicar el problema de raíz. Algunos analistas señalan que sin abordar las causas socioeconómicas del narcotráfico y la corrupción, la estrategia puede ser solo un paliativo temporal.

Constataciones finales

La decisión de avanzar hacia detenciones terrestres refleja la frustración y urgencia en Washington por contener el flujo de drogas, pero también abre un capítulo más oscuro en la ya tensa relación con Venezuela. La falta de claridad en las acciones concretas y la ausencia de un marco multilateral para esta fase aumentan la incertidumbre sobre sus consecuencias.

Queda en evidencia que el combate al narcotráfico trasciende la dimensión policial y militar, y que la región enfrenta un desafío complejo que exige diálogo, cooperación y políticas integrales. Mientras tanto, la sombra de la confrontación se extiende, y la tragedia de quienes sufren las consecuencias —desde las comunidades afectadas en Venezuela hasta las familias estadounidenses impactadas por el consumo— continúa desplegándose sin un final claro a la vista.

Fuentes consultadas incluyen Cooperativa.cl, El País y análisis de expertos en seguridad regional y derechos humanos.