La inauguración del Megapuerto de Chancay en Perú no es simplemente la apertura de una nueva terminal. Es la materialización de un desplazamiento tectónico en el mapa comercial y geopolítico del Pacífico Sur. Financiado mayoritariamente por capitales chinos, este puerto de aguas profundas, capaz de recibir a los buques más grandes del mundo, reduce el viaje a Shanghái en diez días. Esta ventaja no es menor; es un cambio de paradigma que amenaza con desviar el centro de gravedad logístico que por décadas ha tenido a los puertos chilenos de Valparaíso y San Antonio como sus protagonistas indiscutidos.
Las señales de este cambio venían madurando. Durante más de una década, el sector agroexportador peruano ha crecido a un ritmo del 11% anual, casi el doble que el chileno. Las proyecciones para 2025 son contundentes: Perú superará a Chile como el mayor exportador de frutas de Sudamérica. Chancay actúa como un catalizador, una pieza de infraestructura que llega para consolidar y acelerar una tendencia ya en marcha. Para Chile, la pregunta ya no es si este cambio ocurrirá, sino cómo y con qué velocidad se adaptará a esta nueva realidad.
El futuro de Chile frente al eje Chancay se debate entre tres escenarios probables, cada uno con profundas implicaciones para su economía y su posición en el continente.
1. El Futuro de la Complementariedad Forzada: En este escenario, Chile no logra articular una respuesta estratégica a tiempo. La modernización de sus puertos se retrasa y la burocracia interna frena la inversión. Como consecuencia, los puertos chilenos, especialmente los de la zona central, podrían convertirse en terminales "feeder", alimentando con carga al gran hub de Chancay. Proyectos emblemáticos como el Corredor Bioceánico, diseñado para conectar el Atlántico brasileño con los puertos del norte de Chile, podrían ver su viabilidad económica cuestionada si las navieras prefieren la ruta más directa y eficiente que ofrece Perú. Chile, en este futuro, cedería parte de su soberanía logística, adaptándose a un rol secundario en las cadenas de valor que él mismo ayudó a construir.
2. La Vía de la Competencia Innovadora: Este escenario proyecta una reacción chilena ágil y estratégica. El desafío peruano actúa como un revulsivo que acelera la toma de decisiones. Se destraban las inversiones para el Puerto a Gran Escala en San Antonio, no solo para aumentar capacidad, sino para competir en un plano distinto: tecnología, sostenibilidad y valor agregado. Chile podría posicionarse como un "puerto boutique", especializado en cargas de alto valor, refrigeradas y con trazabilidad garantizada, aprovechando su imagen de estabilidad institucional. Se fortalecerían alianzas con socios del Asia-Pacífico no alineados con China, buscando diversificar dependencias y ofrecer una alternativa geopolítica a la creciente influencia de Beijing en la región.
3. La Fragmentación y el Conflicto Latente: Las tensiones que hoy se manifiestan en el ámbito político escalan. Las críticas de parlamentarios por la supuesta "permisividad" ante la fruta peruana y los riesgos fitosanitarios se convierten en políticas proteccionistas. Surge una "guerra de puertos" de baja intensidad, donde ambos países compiten agresivamente por la carga de Bolivia, Argentina y Brasil, utilizando barreras paraarancelarias y disputas diplomáticas. Este escenario, aunque parece improbable en su versión más extrema, podría manifestarse en una falta de cooperación crónica que encarecería la logística para toda la región, perjudicando la integración sudamericana.
La reconfiguración del Pacífico Sur no es solo una historia entre Chile y Perú. Es un juego con actores globales y visiones contrapuestas.
- La perspectiva peruana es de optimismo y ambición. Chancay es visto como un proyecto nacional que los posiciona como el "hub logístico de Sudamérica", un puente directo y privilegiado hacia Asia. La invitación de su gobierno a los países vecinos para usar el puerto es una clara declaración de sus intenciones de liderazgo regional.
- La visión china es puramente estratégica. Chancay es una pieza clave en su Iniciativa de la Franja y la Ruta, un enclave que les asegura un flujo más rápido y económico de materias primas y alimentos desde Sudamérica. La declaración de un alto ejecutivo de Dongfeng Motors, calificando a Chile como un "mercado de benchmarking", revela su doble estrategia: asegurar la logística a través de Perú mientras penetran el mercado de consumo más sofisticado de la región a través de Chile. China no elige un bando; busca optimizar su posición en ambos.
- La encrucijada chilena es la más compleja. Por un lado, una corriente pragmática aboga por reconocer la nueva realidad y buscar nichos de colaboración y competencia. Por otro, una visión soberanista, encarnada por sectores de la oposición, ve en Chancay una amenaza directa a la economía y la seguridad nacional, exigiendo una postura más firme y proteccionista. Esta división interna podría ser el mayor obstáculo para una respuesta coherente.
Desde el siglo XIX, Chile ha ostentado una posición de dominio comercial y logístico en la costa del Pacífico. Lo que hoy ocurre es, en cierto modo, una reversión histórica, un desafío a un status quo de larga data. El patrón de una potencia establecida que es retada por un competidor emergente, apoyado por un poder global, se repite.
El estado proyectado para Chile en la próxima década no es de irrelevancia, pero sí de una pérdida de su liderazgo indiscutido. El escenario más plausible es un híbrido de competencia y complementariedad forzada. El principal riesgo no es Chancay en sí mismo, sino la parálisis interna que pueda generar. La inacción, alimentada por disputas políticas y la incapacidad de alcanzar consensos estratégicos, aceleraría el declive hacia un rol secundario.
La oportunidad, en cambio, reside en utilizar este shock externo como el impulso definitivo para modernizar su infraestructura, diversificar su matriz exportadora hacia productos de mayor complejidad y reafirmar su valor como un socio confiable y estable en una región volátil. El eje del Pacífico se ha movido. La tarea de Chile es encontrar su nueva posición en un mapa que ya cambió.