El Laberinto de la Derecha: Crónica de una Primaria Evitada y la Solitaria Proclamación de Matthei

El Laberinto de la Derecha: Crónica de una Primaria Evitada y la Solitaria Proclamación de Matthei
2025-07-07

- La fallida primaria no fue un accidente, sino el resultado de profundas divisiones estratégicas entre Chile Vamos y el Partido Republicano.

- La candidatura de Evelyn Matthei se consolidó no por consenso, sino por la imposibilidad de un acuerdo, dejándola como la única opción viable para su coalición.

- El episodio expone un paisaje político fragmentado donde la “verdadera primaria” será la primera vuelta presidencial, una apuesta de alto riesgo para el sector.

Inicio Contextualizado

Dos meses después de que se cerrara el plazo legal para la inscripción de primarias presidenciales, el panorama en la derecha chilena es claro, aunque no por ello menos complejo: Evelyn Matthei, la carta de Chile Vamos, correrá directamente a la primera vuelta. Lo que a primera vista parece una proclamación sin contrapesos es, en realidad, la consecuencia de un intrincado ajedrez político que durante semanas expuso las fracturas, desconfianzas y cálculos estratégicos que dividen al sector. La ausencia de primarias no fue una decisión unánime, sino el resultado de un laberinto de negociaciones fallidas que deja a la derecha en una posición de competencia interna abierta de cara a noviembre.

Desarrollo Analítico

La historia de esta primaria que no fue comenzó con un llamado a la unidad. Evelyn Matthei y las directivas de Chile Vamos (UDI, RN, Evópoli) abogaron insistentemente por una “gran primaria” que incluyera a todas las fuerzas del sector, desde el centro hasta la derecha más dura. El objetivo era doble: legitimar a un candidato único y, más importante aún, asegurar una lista parlamentaria conjunta que les permitiera aspirar a una mayoría en el Congreso, un anhelo histórico. “Era una oportunidad histórica poder ganar en primera vuelta”, lamentaría Matthei al confirmar el fracaso de la iniciativa.

El principal obstáculo fue la negativa rotunda y estratégica del Partido Republicano. Su líder, José Antonio Kast, calificó la propuesta como un “verdadero tongo” y se refirió a sus eventuales socios como la “derechita cobarde”. Para los republicanos, el mecanismo de primarias era una herramienta de Chile Vamos para ungir a su candidata y subordinar al resto. Su contrapropuesta fue clara: la “mejor y verdadera primaria es la de la primera vuelta”, donde los casi 15 millones de electores habilitados, y no solo los adherentes de una coalición, decidirían.

En medio de esta tensión, surgieron figuras que intentaron forzar el escenario. El exalcalde Rodolfo Carter, con un estilo mediático y confrontacional, exigió un espacio para competir, llegando a criticar a Matthei por estar “encerrada en su casa tocando el piano” mientras la izquierda desplegaba a sus candidatos. Sus intentos, sin embargo, chocaron con la reticencia de Chile Vamos a organizar una primaria de a dos. La propia Matthei sinceró la postura: “No tiene sentido. La gente cacha que eso no es una primaria de verdad”. El movimiento más dramático fue el del senador Francisco Chahuán, quien renunció a sus 36 años de militancia en Renovación Nacional para inscribirse como independiente y viabilizar una contienda. Su gesto, aunque valorado por la coalición, resultó insuficiente para cambiar el desenlace.

Perspectivas Contrastadas

El episodio revela dos lógicas políticas en colisión:

  • La visión de Chile Vamos: Para la coalición tradicional, la primaria era un instrumento de orden y cohesión. Buscaban replicar el éxito de mecanismos pasados para disciplinar a sus fuerzas, evitar una dispersión de votos y presentar un frente unido contra una izquierda que sí realizaba su propio proceso. La decisión final de no realizarla se enmarcó en un discurso de responsabilidad, culpando a la “intransigencia” de Kast y Kaiser por perder la “oportunidad de vencer unidos a una izquierda dividida”.
  • La estrategia del Partido Republicano: Para Kast y su partido, rechazar la primaria fue una declaración de autonomía y poder. Negarse a participar en los términos de Chile Vamos fue una forma de consolidarse como un actor político de igual a igual, que no se sometería a las reglas de la “derecha tradicional”. Su apuesta es que la primera vuelta les permitirá movilizar a su base electoral sin filtros y demostrar su peso real, forzando una negociación en segunda vuelta desde una posición de fuerza.
  • Las voces disidentes: Las candidaturas frustradas de Carter y Chahuán exponen las tensiones internas dentro de Chile Vamos. Carter representa a una figura independiente con arrastre mediático que se siente marginada por las cúpulas partidistas, mientras que la acción de Chahuán evidencia la profunda frustración en sectores de RN ante la incapacidad de generar un proceso competitivo interno.

Contexto Histórico y Estructural

Este conflicto no es nuevo. Es el capítulo más reciente de una tensión que ha marcado a la derecha chilena desde el retorno a la democracia: la convivencia entre un ala más pragmática y de pactos (representada por Chile Vamos) y otra más ideológica y rupturista (hoy encarnada por el Partido Republicano). El fantasma de la elección presidencial de 2021 es un antecedente clave. En esa ocasión, la división en primera vuelta entre Sebastián Sichel (ganador de la primaria de Chile Vamos) y José Antonio Kast fragmentó el voto del sector, lo que, según analistas, facilitó el paso de Gabriel Boric a la segunda vuelta. La decisión de competir por separado en 2025 es una repetición de esa apuesta, con el riesgo latente de que la historia se repita.

Estado Actual

El tema de las primarias está cerrado, pero la carrera presidencial en la derecha está más abierta que nunca. La proclamación de Evelyn Matthei no le garantiza un camino despejado. Por el contrario, la ha instalado formalmente en una competencia directa con José Antonio Kast por el liderazgo del sector. La primera vuelta se ha convertido, de facto, en la primaria que no quisieron o no pudieron realizar. El desafío para ambos candidatos será consolidar sus bases, atraer a los votantes indecisos del sector y evitar una fuga de votos hacia el centro o los extremos que pueda costarles el paso a la definición final. La unidad, que fue el objetivo declarado hace unos meses, es hoy la principal incógnita.

La historia documenta la compleja negociación de poder dentro de una coalición política clave, revelando las tensiones entre liderazgos individuales y la estrategia colectiva de cara a una elección presidencial. Analiza cómo las ambiciones personales, las presiones partidistas y los cálculos electorales culminaron en una decisión estratégica de alto impacto, reconfigurando el panorama político y definiendo el camino de la principal candidata de la oposición.