La Cacería en el Trópico: Cómo la Caída de Martín de los Santos Redibujó las Fronteras de la Impunidad en Chile

La Cacería en el Trópico: Cómo la Caída de Martín de los Santos Redibujó las Fronteras de la Impunidad en Chile
2025-07-14
  • La fuga y captura de Martín de los Santos, desde un exclusivo barrio de Santiago hasta una cárcel en Brasil, puso a prueba la eficacia y los límites del sistema judicial chileno.
  • El caso expuso un profundo choque de narrativas: un acusado desafiante que se presentaba como víctima de una persecución mediática, frente a una familia que rechazó acuerdos económicos para exigir justicia.
  • Más allá del delito, el episodio reavivó un debate nacional sobre el privilegio, la percepción de impunidad y la influencia de la presión social en las decisiones judiciales.

Inicio Contextualizado: De la Indignación a la Persecución Internacional

Lo que comenzó en mayo de 2025 como un acto de violencia que conmocionó a la opinión pública —la brutal agresión de Martín de los Santos a Guillermo Oyarzún, un conserje de 70 años en Vitacura— ha madurado, dos meses después, en una compleja saga sobre justicia, privilegio y fronteras. El foco ya no está únicamente en las graves secuelas físicas de la víctima, quien perdió la visión de un ojo y el olfato, sino en la audaz fuga del agresor y la subsiguiente operación internacional que culminó con su captura en el corazón de Brasil. El caso se transformó en un espejo que refleja las tensiones latentes en la sociedad chilena sobre la igualdad ante la ley.

Desarrollo Analítico: Crónica de una Fuga Anunciada

La historia judicial de De los Santos comenzó con una decisión que generó un amplio debate: tras la formalización por lesiones graves, el tribunal optó por medidas cautelares de firma mensual y arraigo, desestimando la prisión preventiva solicitada por la fiscalía. Esta resolución fue percibida por parte de la ciudadanía como una muestra de lenidad, alimentando la narrativa de una justicia con distinto criterio según el estrato social del imputado.

Aprovechando esta ventana, el 19 de junio, De los Santos salió de Chile. Para cuando el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago revocó su decisión el 23 de junio y finalmente decretó la prisión preventiva, el imputado ya se encontraba en Brasil. La justicia reaccionaba, pero tarde. Este hecho no solo dejó en evidencia una falla en la evaluación de riesgo de fuga, sino que activó una maquinaria de cooperación internacional a través de una alerta roja de Interpol.

La persecución se convirtió en un espectáculo mediático alimentado por el propio fugitivo. Desde su paradero en Florianópolis y luego en Cuiabá, De los Santos adoptó una postura desafiante. Envió mensajes a medios chilenos, acusó a la jueza de montar un “show mediático” y se quejó de una supuesta vulneración de su derecho a defensa, llegando a increpar directamente a un juez federal brasileño durante su audiencia de custodia, argumentando que su detención era ilegal. Su estrategia parecía ser la de construir una narrativa de víctima del sistema, utilizando sus redes sociales como plataforma para denunciar una supuesta injusticia.

Perspectivas Contrastadas: Justicia vs. Victimización

El caso presenta dos visiones del mundo irreconciliables:

  • La perspectiva del acusado: Martín de los Santos se proyectó a sí mismo como un ciudadano cuyos derechos estaban siendo arrollados por la presión popular y mediática. Su discurso, tanto en Chile como en Brasil, se centró en la legalidad procesal, ignorando la gravedad del acto que originó el proceso. Su renuncia del abogado defensor por “diferencias irreconciliables” y sus posteriores reclamos por no poder designar un nuevo defensor telemáticamente, fueron movimientos para reforzar esta imagen de indefensión, a pesar de su condición de prófugo.
  • La perspectiva de la víctima y su familia: En el otro extremo, la familia de Guillermo Oyarzún, a través de su hijo Héctor, mantuvo una postura firme y digna. Rechazaron explícitamente cualquier tipo de acuerdo extrajudicial o compensación económica. Su demanda era una sola: que De los Santos enfrentara la justicia en Chile y cumpliera con la cárcel. Para ellos, las acciones del agresor en Brasil no eran más que las de un “payaso” que se burlaba no solo de ellos, sino de todo el sistema judicial. Su relato se ancló en la búsqueda de una reparación simbólica a través de la justicia, no del dinero.

Contexto Estructural: El Privilegio en el Banquillo

El caso De los Santos no puede entenderse como un hecho aislado. Se inscribe en una larga discusión en Chile sobre la desigualdad ante la ley. La comuna de Vitacura, el perfil del agresor como “asesor inmobiliario” y la violencia ejercida contra un trabajador de la tercera edad, configuraron un cuadro que tocó fibras sensibles de la sociedad. La percepción de que el dinero y los contactos pueden comprar impunidad o, al menos, un trato preferencial, fue el combustible que mantuvo el interés público en el caso.

La intensa cobertura mediática y la presión en redes sociales jugaron un rol innegable. ¿Habría la justicia revocado las cautelares con la misma celeridad sin el clamor popular? Esta pregunta, imposible de responder con certeza, invita a una reflexión sobre el delicado equilibrio entre la independencia judicial y la necesaria rendición de cuentas ante una ciudadanía vigilante.

Estado Actual: El Fin de la Cacería, el Comienzo del Juicio

El 2 de julio, la cacería terminó. Martín de los Santos fue detenido en Cuiabá, cerca de la frontera con Bolivia, lo que sugiere un posible intento de continuar su huida. Actualmente, se encuentra en una cárcel brasileña, a la espera de que se complete su proceso de extradición. El capítulo de la fuga ha concluido, cerrando un perímetro a la impunidad que por momentos pareció demasiado permeable. Ahora comienza una nueva etapa: el juicio en Chile, donde las narrativas contrapuestas de un agresor desafiante y una víctima que clama por justicia finalmente se enfrentarán en un tribunal.

El caso presenta una narrativa completa que evoluciona desde un acto de violencia local a una persecución internacional, lo que permite un análisis profundo sobre la justicia, la desigualdad social y la cooperación policial transfronteriza. Las consecuencias visibles, como la captura del sospechoso y el debate público y legal subsiguiente, ofrecen un caso de estudio maduro sobre la impunidad y el privilegio en la sociedad contemporánea.