
En un ambiente cargado de tensión, los candidatos presidenciales Jeannette Jara (Unidad por Chile) y José Antonio Kast (Partido Republicano) se encontraron este 3 de diciembre en el Debate ARCHI, a solo 11 días de la segunda vuelta electoral. Este evento, que se realizó en el Campus Oriente de la Universidad Católica, se convirtió en un escenario donde las diferencias entre ambos se hicieron evidentes, reflejando el pulso político de un país que se prepara para decidir su futuro.
El debate comenzó con un enfoque en la migración irregular y las megatomas de terreno, temas que han dominado la agenda pública en los últimos meses. Kast, al ser cuestionado sobre la situación de los migrantes, defendió su postura de expulsiones, argumentando que "hay que cumplir la ley para lograr el Estado de Derecho". En contraste, Jara, reconociendo la complejidad del fenómeno migratorio, propuso buscar soluciones más humanas, como ayudar a los migrantes a regularizar su situación a través de otros países, afirmando que "no podemos regularizar a gente que entró por la ventana".
La figura del economista Jorge Quiroz, asesor de Kast, fue un punto álgido en el debate. Jara no dudó en criticar su vinculación con escándalos de colusión, acusándolo de haber defendido a farmacias coludidas, lo que generó un fuerte cruce de palabras. Kast, por su parte, defendió a Quiroz con vehemencia, asegurando que "tiene todo mi respaldo" y cuestionando la validez de las acusaciones en su contra, lo que llevó a Jara a insistir en la necesidad de ética en la política.
Además de los temas de migración y ética, el debate abordó propuestas económicas concretas. Jara presentó su idea de un "seguro de lagunas previsionales" y un sueldo vital de 750.000 pesos, mientras que Kast criticó la legislación laboral actual, proponiendo una flexibilización que beneficie a los pequeños agricultores.
Ambos candidatos no escatimaron en ataques personales. Jara acusó a Kast de "amparar a un violador como Monsalve", refiriéndose a un escándalo que ha marcado la agenda política. Kast, en respuesta, se mantuvo firme en su defensa de su equipo, argumentando que las críticas son parte de una campaña de desprestigio.
Este debate no solo refleja las profundas divisiones en la política chilena, sino que también pone de manifiesto la urgencia de los votantes por respuestas claras y éticas en un contexto electoral que se siente cada vez más polarizado. A medida que se acerca el balotaje del 14 de diciembre, la presión sobre ambos candidatos se intensifica, y el resultado de este enfrentamiento podría definir el rumbo del país en los próximos años.