Impacto del cambio de hora en la salud y el sueño: Un ajuste que sigue resonando días después

Impacto del cambio de hora en la salud y el sueño: Un ajuste que sigue resonando días después
Salud y Bienestar
Salud pública
2025-11-11
Fuentes
es.wired.com elpais.com www.df.cl www.latercera.com www.elinformadorchile.cl www.latercera.com www.df.cl elpais.com es.wired.com www.df.cl www.df.cl

- Desincronización del reloj biológico que afecta múltiples funciones corporales.

- Incremento temporal de riesgos cardiovasculares y accidentes tras el cambio de hora.

- Dificultades para recuperar el ritmo de sueño, con estrategias para mitigar el impacto.

El cambio de hora que vivimos recientemente ha dejado más que un simple ajuste en los relojes: ha puesto a prueba nuestro cuerpo y nuestra salud, con efectos que persisten días después del evento.

El pasado 3 de noviembre se realizó el tradicional retroceso de una hora en los relojes, marcando el fin del horario de verano y el regreso al horario estándar en Chile, una práctica vigente en la mayor parte del país.

Este cambio, aunque parece menor, altera profundamente el ritmo circadiano, ese reloj biológico que regula desde el sueño hasta la digestión y la respuesta inmunitaria. La luz, las horas de comida y la rutina son sus señales principales, y el ajuste horario desajusta este delicado equilibrio.

Estudios internacionales, como el de la Universidad de Colorado, muestran que en la semana posterior al cambio de hora se incrementan en un 6% los accidentes automovilísticos fatales y se observan aumentos en eventos cardiovasculares.

Este impacto no discrimina entre personas con buena o mala condición física. Investigaciones recientes indican que, incluso quienes mantienen una excelente forma, sufren efectos negativos en la función vascular tras el cambio horario si no adoptan medidas compensatorias.

"La regularidad en los horarios de sueño es tan importante como la duración. Cambiar una hora es suficiente para alterar nuestros circuitos internos", explica Rebecca Robbins, investigadora del sueño en Harvard.

Los primeros días tras el cambio suelen caracterizarse por sensación de aturdimiento, cansancio y desincronización. Sin embargo, la ansiedad o preocupación excesiva puede agravar estos síntomas, advierte el neurólogo W. Chris Winter.

"El miedo al horario de verano suele ser peor de lo que es. Ya hemos pasado noches en vela y al día siguiente seguimos adelante. Un cambio de una hora no es catastrófico", señala Winter.

Las recomendaciones para facilitar la adaptación son claras y accesibles:

- Microajustes previos al cambio: Adelantar o atrasar la hora de acostarse y levantarse en incrementos de 15 a 20 minutos varios días antes.

- Exposición a la luz natural: Salir al exterior temprano en la mañana para ayudar a recalibrar el reloj interno.

- Horarios regulares de comidas: Cenar más temprano y mantener horarios constantes para desayuno y colaciones.

- Rutinas relajantes antes de dormir: Evitar pantallas y comidas pesadas, favorecer actividades que indiquen al cuerpo que es hora de descansar.

Estos hábitos, junto con la constancia en horarios de sueño y vigilia, aceleran la recuperación del ritmo circadiano, que suele restablecerse en una semana.

En el debate público y científico se ha intensificado la discusión sobre la conveniencia de mantener este cambio semestral. Muchos expertos abogan por eliminarlo y adoptar un horario fijo durante todo el año, preferentemente el horario estándar, que favorece la exposición a la luz matinal, clave para la salud.

"La mayoría de los expertos coinciden en que la luz de la mañana es más beneficiosa para nuestro cuerpo que la del atardecer. El horario estándar se adapta mejor a nuestro ritmo natural", afirma Robbins.

En América Latina, varios países ya han abandonado el cambio horario, como México y Paraguay, mientras Chile mantiene la práctica, a pesar de las evidencias crecientes sobre sus efectos negativos.

En definitiva, el cambio de hora es más que un ajuste en el reloj: es un desafío para nuestro cuerpo que requiere preparación y hábitos conscientes para minimizar su impacto.

La ciencia nos ofrece herramientas para sobrellevarlo con menos estrés y mayor bienestar, pero también invita a reflexionar sobre la pertinencia de continuar con esta tradición que, aunque arraigada, puede estar desfasada respecto a las necesidades reales de salud pública.

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Fuentes:

- Investigación de la Universidad de Colorado sobre accidentes post-cambio horario.

- Declaraciones de Rebecca Robbins, investigadora en Harvard.

- Opiniones del neurólogo W. Chris Winter.

- Reportajes y análisis de WIRED (2025).

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Esta nota se construyó con distancia temporal para ofrecer un análisis consolidado y plural, dejando atrás la urgencia del instante para entender las verdaderas consecuencias del cambio de hora en la salud.