
Dua Lipa desembarcó en Chile en noviembre de 2025 para dos conciertos en el Estadio Nacional, eventos que agotaron entradas con semanas de anticipación y que no solo fueron una muestra de su popularidad global, sino también un reflejo de su compleja relación con la política y la identidad cultural.
Los conciertos del 11 y 12 de noviembre marcaron un hito en la agenda cultural chilena, posicionando a la artista británica como una figura de peso en la escena musical local y regional. Sin embargo, la euforia no estuvo exenta de tensiones. Semanas antes, se difundieron rumores sobre la supuesta desvinculación de su representante, David Levy, a raíz de su apoyo público a Israel en el conflicto de Gaza, algo que Dua Lipa desmintió categóricamente a través de sus redes sociales.
"No apruebo las acciones de David Levy u otros ejecutivos musicales hacia un artista diciendo su verdad", afirmó la cantante, y denunció que la prensa explotó la situación para generar división y clickbait, en particular criticando al Daily Mail. Esta controversia evidenció cómo la figura de Dua Lipa está en el centro de debates que van más allá de la música, tocando temas de geopolítica y libertad de expresión.
Pero la complejidad de Dua Lipa no se limita a estas polémicas. En agosto de 2025, la artista recibió la ciudadanía kosovar, país del que provienen sus raíces familiares, un gesto que ella misma calificó como la unificación de sus dos identidades.
La ceremonia oficial tuvo lugar en Pristina, donde fue recibida con un coro infantil cantando su éxito "Levitating" y donde la presidenta Vjosa Osmani la elogió como una figura cultural emblemática que ha llevado la historia de Kosovo con orgullo al mundo. Dua Lipa también es embajadora honoraria de Kosovo y Albania, y su vínculo con estos países se refleja en su compromiso con el festival Sunny Hill, fundado junto a su padre para cambiar la narrativa sobre la región.
En Chile, esta doble pertenencia cultural y política se manifestó en la recepción del público y en la cobertura mediática, que osciló entre la admiración por su talento y cuestionamientos sobre su posicionamiento político. Algunos sectores valoraron su activismo y su rol como puente cultural, mientras que otros criticaron la politización de su figura.
Desde la perspectiva de activistas pro derechos humanos en Chile, "Dua Lipa representa una voz necesaria en un mundo donde la cultura y la política están inevitablemente entrelazadas". Por otro lado, analistas más críticos advierten que la mezcla de espectáculo y política puede diluir mensajes y generar polarización.
En términos artísticos, su reciente campaña publicitaria para Yves Saint Laurent, filmada en Santiago y el Desierto de Atacama, fue otro hito que mostró a Chile como un escenario global y diverso, mientras que su presencia en La Bombonera, en Buenos Aires, y su vínculo con figuras del fútbol sudamericano, como el presidente de Boca Juniors Juan Román Riquelme, amplificaron su imagen en la región.
La artista británica no solo es una estrella pop, sino un fenómeno cultural que desafía las fronteras tradicionales de la música, la identidad y la política.
En definitiva, Dua Lipa en Chile es más que un show agotado: es la materialización de un fenómeno que invita a reflexionar sobre cómo las figuras públicas navegan entre la creación artística, las raíces culturales y las controversias políticas en un mundo globalizado.
Este episodio evidencia cómo la cultura popular puede ser un espacio de encuentro y conflicto, y cómo los ciudadanos deben desarrollar una mirada crítica para entender las múltiples capas que envuelven a sus íconos contemporáneos.