
Un cambio que sacude los cimientos del crédito hipotecario chileno
El 13 de agosto de 2025, el Congreso chileno comenzó la discusión formal sobre la eliminación del uso de la Unidad de Fomento (UF) en contratos financieros, especialmente en el sector inmobiliario. Más de tres meses después, la medida ha evidenciado un profundo impacto en la dinámica del mercado de vivienda, con consecuencias palpables para familias, bancos e inversionistas.
La UF, creada hace más de 50 años, ha sido el ancla que estabilizó el crédito hipotecario frente a la inflación. Jaime Iglesis, gerente general de Capitalizarme, advirtió que “eliminar la UF desincentivaría la inversión y afectaría directamente a las familias que hoy acceden a financiamiento estable y a largo plazo”. Su función ha permitido que los bancos ofrezcan tasas más bajas y plazos extendidos, facilitando el acceso a la vivienda para un amplio espectro social.
Diferentes perspectivas en el debate
Desde el sector político, las posturas se dividen. Algunos parlamentarios de izquierda argumentan que la UF ha sido un instrumento que encarece artificialmente el acceso a la vivienda, beneficiando a grandes inversionistas y especuladores, y que su eliminación podría democratizar el mercado. Por otro lado, voces conservadoras y del mundo empresarial sostienen que su desaparición traerá volatilidad, encarecimiento de créditos y menor oferta inmobiliaria.
En regiones, el impacto también es heterogéneo. En zonas urbanas como Santiago y Valparaíso, donde el mercado inmobiliario es más dinámico, se ha observado una ralentización en nuevos proyectos y un aumento en los precios de arriendo, producto de la incertidumbre y ajustes en contratos. En contraste, en regiones del sur y norte, la medida ha generado un replanteamiento de inversiones, con algunos desarrolladores optando por postergar o cancelar proyectos.
Desde la sociedad civil, organizaciones de consumidores y grupos de defensa del derecho a la vivienda han expresado preocupación por el efecto en las familias de clase media y baja, que podrían enfrentar condiciones más estrictas para acceder a créditos hipotecarios.
Un mercado en transición: verdades y consecuencias
La supresión de la UF ha roto con medio siglo de estabilidad contractual, generando un escenario donde la inflación y la incertidumbre económica se trasladan directamente al bolsillo de los ciudadanos. La consecuencia inmediata ha sido un aumento en las tasas de interés y la reducción de los plazos de financiamiento, encareciendo el acceso a la vivienda y reduciendo la oferta inmobiliaria.
Sin embargo, este cambio también abre un espacio para repensar el mercado habitacional chileno, cuestionando la dependencia de un instrumento que, aunque estabilizador, pudo haber contribuido a rigideces y desigualdades estructurales.
El debate continúa, y la historia está en marcha. Lo que queda claro es que la eliminación de la UF no es solo una reforma técnica, sino un desafío que confronta intereses económicos, sociales y políticos, con consecuencias directas en la vida cotidiana de millones de chilenos.
Este episodio invita a mirar más allá de la inmediatez y a entender que las transformaciones profundas requieren tiempo, análisis y la capacidad de convivir con tensiones que, aunque incómodas, son parte del proceso de cambio.
Fuentes: Diario Financiero, declaraciones de Jaime Iglesis (Capitalizarme), análisis parlamentarios y reportes regionales sobre el mercado inmobiliario.
2025-11-13
2025-10-14