
Fauna Primavera 2025 se cerró el 8 de noviembre con un espectáculo que, más allá de la música, dejó una huella profunda en la escena cultural chilena. El festival, realizado en el Parque Ciudad Empresarial de Huechuraba, reunió a 15.000 asistentes y a una cartelera que combinó íconos internacionales con emergentes nacionales, pero fue la presentación de Massive Attack junto a Elizabeth Fraser la que se transformó en el centro del debate público y político semanas después.
Desde su anuncio a mediados de 2025, Fauna Primavera prometía una mezcla ecléctica: Weezer celebrando 30 años de su Blue Album, la noruega Aurora con su disco más reciente, y la contundencia punk de las japonesas Otoboke Beaver. La jornada del sábado 8 de noviembre, la más concurrida, estuvo marcada por la energía diversa de estos artistas y por la incorporación de voces chilenas como Javiera Mena y Candelabro.
Pero fue la última actuación la que quedó grabada en la memoria colectiva. Massive Attack, con su propuesta visual y sonora, desplegó un show que no sólo fue musical, sino también político y social. La aparición de Elizabeth Fraser, ex Cocteau Twins, aportó un brillo vocal que contrastó con los beats duros y las imágenes proyectadas.
Massive Attack no ocultó su postura sobre el conflicto palestino-israelí. Su show incluyó imágenes de "Médicos sin Fronteras en Palestina", noticias sobre ataques en Gaza, y un llamado a la liberación de Marwan Barghouti, líder palestino encarcelado por Israel. La exhibición de la camiseta del club Palestino y la palabra "Libre" en pantalla fueron gestos explícitos que encendieron el ánimo del público.
Esta toma de posición generó reacciones diversas. Por un lado, hubo un sector del público y medios que valoró la valentía del grupo para abordar temas complejos y urgentes. Para ellos, el festival se convirtió en un espacio donde la música se entrelazó con la conciencia social y el activismo global.
En contraste, otros asistentes y comentaristas criticaron la politización del espectáculo, argumentando que un festival musical no debería ser plataforma para debates tan polarizantes, especialmente en un país con tensiones sociales y políticas internas. Algunos señalaron que la inclusión de estas temáticas pudo haber eclipsado la experiencia artística para quienes buscaban solo música.
La opinión política no fue el único eje de debate. La presencia de bandas como Otoboke Beaver, con su punk agresivo y sin concesiones, y la mezcla de géneros de Tash Sultana, evidenciaron la pluralidad sonora y generacional que el festival intentó reunir. Esta diversidad fue celebrada por muchos como un reflejo de la complejidad cultural contemporánea, aunque también generó tensiones sobre qué música y mensajes tienen cabida en espacios masivos.
Desde el ámbito local, artistas como Javiera Mena destacaron por su capacidad para conectar con audiencias jóvenes, aportando una lectura renovada del pop chileno. Su incorporación de temas clásicos y nuevas canciones mostró una escena nacional en diálogo con las tendencias globales.
Fauna Primavera 2025 dejó en evidencia la creciente intersección entre arte y política, un fenómeno que no es exclusivo de Chile pero que adquiere particular relevancia en contextos de polarización social. La reacción del público ante Massive Attack refleja la dificultad de separar el arte del contexto político que lo atraviesa.
Además, el festival reafirmó su apuesta por la diversidad musical y generacional, aunque esta misma pluralidad implica desafíos en la gestión de expectativas y discursos en espacios públicos.
Finalmente, la experiencia de Fauna Primavera 2025 invita a reflexionar sobre el rol del espectáculo en la sociedad contemporánea: ¿debe la música limitarse a entretener, o tiene la responsabilidad de interpelar y provocar? La respuesta parece estar en la tensión misma, un espacio incómodo pero fértil para el diálogo y la crítica.
La memoria de este festival quedará marcada no solo por la música, sino por el debate que suscitó, mostrando que la cultura sigue siendo un campo de batalla donde se disputan sentidos, identidades y futuros posibles.
2017-11-09