El bienestar financiero y la salud mental en Chile: una relación que no admite simplismos

El bienestar financiero y la salud mental en Chile: una relación que no admite simplismos
Salud y Bienestar
Salud mental
2025-11-24
Fuentes
elpais.com www.df.cl cooperativa.cl www.bbc.com www.df.cl es.wired.com www.df.cl www.latercera.com www.df.cl es.wired.com www.latercera.com

- 54% de los chilenos califican su bienestar financiero como deficiente.

- El bienestar financiero impacta directamente en la percepción de salud mental.

- Jóvenes entre 18 y 34 años son los más afectados por el estrés económico.

Un espejo roto: el bienestar financiero y la salud mental en Chile

El 54% de los chilenos evalúa su bienestar financiero como deficiente, mientras que solo un 45% lo considera bueno o excelente, según el estudio “¿Bienestar o malestar financiero? Una mirada ciudadana”, elaborado por Cadem y Cajas de Chile. Esta cifra no es un mero dato estadístico, sino la expresión palpable de una crisis que atraviesa la vida cotidiana de millones y que se refleja con nitidez en la salud mental de la población.

Entre quienes declaran tener buena salud mental, el bienestar financiero alcanza un 63%, pero entre quienes se sienten insatisfechos con su salud mental, esta cifra cae a un 19%. La conexión entre la economía personal y el bienestar psicológico se vuelve innegable, y abre un debate que va más allá de los números.

El coliseo generacional: jóvenes en el ojo del huracán

El segmento más vulnerable emerge con claridad: el 49% de los jóvenes entre 18 y 34 años admiten sentirse estresados por su situación financiera, una cifra que desciende al 29% en mayores de 55 años. Roberto Izikson, gerente general de Cadem, contextualiza esta realidad señalando que “tener hijos es muy difícil hoy en día”, y que la postergación de decisiones vitales como la maternidad y paternidad responde en buena medida a la precariedad económica y la incertidumbre laboral.

Este fenómeno no puede entenderse sin la perspectiva histórica: las generaciones actuales enfrentan un Chile con crecimiento económico menor al 2% en la última década, a diferencia de sus predecesores que disfrutaron de tasas del 4% durante 25 años. Esta desaceleración estructural ha modificado las expectativas y posibilidades de desarrollo personal y familiar.

Voces en pugna: ¿soluciones institucionales o cambios estructurales?

En el conversatorio que analizó el estudio, el vicepresidente del Senado, Ricardo Lagos Weber, enfatizó que “una situación de apremio económico genera estrés e inestabilidad emocional”, y llamó a facilitar el acceso a mecanismos de apoyo financiero. Sin embargo, también advirtió que las cajas de compensación, pese a ser valoradas por el 64% de la ciudadanía, reciben solo el 7% de las ayudas económicas directas, en contraste con el 44% que recurre primero a bancos y un 28% a familiares.

Marcelo Forni, presidente de Cajas de Chile, sumó una perspectiva crítica al señalar que “si el país no crece, no se crea empleo y no se mejoran las remuneraciones, no podremos hacer cambios relevantes”. Su llamado a fortalecer la alianza público-privada apunta a un desafío mayor: cómo articular políticas sociales efectivas en un contexto económico complejo, donde las soluciones aisladas pueden resultar insuficientes.

El rostro social del bienestar financiero

Desde una mirada ciudadana, el estrés financiero no solo afecta el bolsillo, sino que erosiona la calidad de vida y las relaciones sociales. La inseguridad económica se traduce en ansiedad, frustración y un deterioro en la salud mental que se manifiesta en distintos grupos sociales con particularidades propias.

Para los jóvenes, la incertidumbre laboral y la dificultad para acceder a bienes y servicios básicos se suman a una sensación de precariedad que impacta en sus proyectos de vida. Para los adultos mayores, aunque el estrés financiero es menor, la vulnerabilidad económica puede profundizar la sensación de aislamiento y dependencia.

Verdades que emergen y consecuencias visibles

Este análisis permite concluir que el bienestar financiero es un componente esencial, aunque no exclusivo, del bienestar mental. La relación entre ambos es bidireccional y compleja, y requiere de políticas públicas integrales que aborden las causas estructurales del estrés económico.

Es evidente que la solución no es solo ampliar el acceso al crédito social o fortalecer las cajas de compensación, sino también fomentar un crecimiento económico inclusivo que permita a las personas desarrollar proyectos de vida con mayor seguridad. Además, es necesario mejorar la comunicación y el conocimiento sobre los instrumentos disponibles, para que la ciudadanía pueda acceder a ellos con confianza.

Finalmente, esta historia es un llamado a reconocer que el bienestar financiero no es un lujo, sino una necesidad básica para la salud mental y el desarrollo humano. En un Chile que aspira a ser más justo y equitativo, entender esta interdependencia es clave para construir un futuro donde la ansiedad económica no sea el látigo invisible que marca la vida de tantos.

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Fuentes: estudio “¿Bienestar o malestar financiero? Una mirada ciudadana” de Cadem y Cajas de Chile; conversatorio con Ricardo Lagos Weber, Roberto Izikson y Marcelo Forni, La Tercera, junio 2025.