Fuertes vientos en Antofagasta y lluvias intensas en el sur: un verano que desafía la resiliencia regional

Fuertes vientos en Antofagasta y lluvias intensas en el sur: un verano que desafía la resiliencia regional
Medioambiente
Desastres naturales
2025-11-26
Fuentes
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- Vientos de hasta 90 km/h azotan Antofagasta, causando suspensión de clases y cortes eléctricos.

- Lluvias extremas en Aysén y sur austral, superando los 200 mm y generando riesgos de inundaciones.

- Contrastes térmicos marcados en el centro del país, con heladas matinales y un inesperado "veranito de San Juan".

Un verano que no da tregua. En agosto de 2025, la Región de Antofagasta enfrentó ráfagas de viento de hasta 90 km/h, acompañadas de tormentas de arena que obligaron a las autoridades a suspender clases en comunas como Calama, San Pedro de Atacama y Ollagüe. La caída de árboles y cortes del suministro eléctrico se convirtieron en escenas recurrentes, evidenciando la vulnerabilidad de esta zona desértica ante fenómenos atmosféricos extremos.

Mientras tanto, semanas antes y en paralelo, el sur del país, especialmente la Región de Aysén, se vio golpeada por un sistema frontal potenciado por un río atmosférico de categoría 3 a 4. Este fenómeno dejó precipitaciones que superaron los 200 mm en sectores como Puerto Cisnes y el valle del río Palena, acompañadas de vientos de hasta 90 km/h en localidades insulares y de 70 km/h en Coyhaique. La combinación de lluvias intensas y ráfagas fuertes puso en alerta a las autoridades y comunidades, que debieron enfrentar riesgos de inundaciones y daños en infraestructura.

En contraste, el centro de Chile vivió una montaña rusa térmica. Tras la llegada de frentes lluviosos que comenzaron a mediados de julio, se registraron heladas matinales con temperaturas mínimas entre -4°C y 0°C en valles interiores desde Valparaíso a Biobío. Sin embargo, este frío intenso fue rápidamente relevado por un episodio cálido conocido como "veranito de San Juan", con temperaturas máximas que alcanzaron los 22°C en Santiago y hasta 26°C en valles del centro-norte. Esta oscilación abrupta en el clima generó desafíos para la población, desde la salud hasta la planificación agrícola.

Desde el Servicio Local de Educación Pública Licancabur explicaron que la suspensión de clases en Antofagasta fue una medida preventiva para proteger a estudiantes y docentes ante condiciones que comprometían la seguridad. Por otro lado, expertos en meteorología coincidieron en que la presencia de ríos atmosféricos —columnas estrechas de vapor de agua que transportan grandes volúmenes de humedad— está jugando un rol crucial en la intensificación de estos eventos, especialmente en el sur.

Las voces regionales no han sido unánimes. En Antofagasta, sectores productivos y habitantes expresaron preocupación por la frecuencia creciente de estos vientos, que afectan no solo la vida cotidiana sino también la actividad minera y logística. En Aysén, comunidades rurales y organizaciones ambientalistas han llamado a reforzar la infraestructura y sistemas de alerta temprana, denunciando que las respuestas estatales aún son insuficientes para mitigar el impacto de lluvias extremas.

Al mismo tiempo, en Santiago y otras zonas del centro, médicos y especialistas en salud pública alertaron sobre el efecto negativo de los bruscos cambios térmicos en enfermedades respiratorias y cardiovasculares, recomendando a la población adoptar medidas de precaución.

A la luz de estos eventos, Chile enfrenta un escenario climático complejo donde fenómenos extremos se manifiestan con mayor intensidad y frecuencia. La interacción entre vientos huracanados en el norte, lluvias torrenciales en el sur y oscilaciones térmicas en el centro subraya la necesidad de políticas integrales que aborden la adaptación al cambio climático desde una perspectiva regionalizada.

En definitiva, este verano 2025 ha puesto a prueba la resiliencia de las regiones afectadas, revelando tanto fortalezas como fragilidades en la gestión de riesgos y la preparación comunitaria. La experiencia acumulada invita a una reflexión profunda sobre cómo Chile puede anticipar y mitigar estos impactos para proteger a sus habitantes y su desarrollo.

Fuentes: Cooperativa.cl, Meteored.cl, Direcciones Meteorológicas Regionales, declaraciones de autoridades locales y expertos en climatología.