
Stranger Things regresa a las pantallas con su quinta y última temporada, pero no sin dejar tras de sí un rastro de controversias y tensiones que han puesto en jaque la producción y la percepción pública de uno de los fenómenos televisivos más emblemáticos de la última década.
El estreno se ha dividido en tres partes: cuatro episodios el 26 de noviembre, tres el 25 de diciembre y un capítulo final que se exhibirá en salas de cine el 31 de diciembre y 1 de enero de 2026. Esta estrategia, poco común en la era del binge-watching, busca mantener la conversación activa durante más tiempo y maximizar la experiencia colectiva, especialmente con la proyección en cines de un episodio que dura dos horas.
Pero más allá de la expectación por el cierre de la saga, la producción estuvo marcada por una polémica interna que explotó públicamente en noviembre de 2025. Millie Bobby Brown, la actriz que interpreta a Eleven, presentó una denuncia formal por acoso y bullying contra David Harbour, su compañero de elenco y figura paterna en la serie. Según reportes de medios como Daily Mail y Cooperativa.cl, la denuncia incluía múltiples acusaciones que llevaron a una investigación interna prolongada durante meses.
Aunque las acusaciones no incluyeron conducta sexual inapropiada, el proceso fue descrito como un momento "muy duro" para Harbour, quien contó con el apoyo de su entonces esposa, la cantante Lily Allen. Netflix declinó realizar comentarios oficiales, pero fuentes internas reconocieron la seriedad del asunto. Ni Brown ni Harbour han hecho declaraciones públicas al respecto.
Este conflicto se produce en un contexto donde la serie ha dejado de ser solo un producto televisivo para convertirse en un fenómeno cultural global, con un elenco que ha crecido y cambiado radicalmente desde el estreno en 2016. La evolución de los actores, que han pasado de adolescentes a adultos en la vida real mientras sus personajes permanecen congelados en la ficción, añade una capa de complejidad a la narrativa y la recepción pública.
Desde el punto de vista creativo, la temporada final representa una batalla épica contra el villano Vecna, con Hawkins bajo cuarentena militar y la amenaza latente de un mal que trasciende lo sobrenatural para tocar lo político y social en la ficción.
En paralelo a la entrega final, los hermanos Duffer, creadores de la serie, anunciaron su salida de Netflix para fichar por Paramount con un contrato millonario que incluye la posibilidad de estrenar sus futuros proyectos en salas de cine, algo que Netflix no ha contemplado. “Formar parte de esa misión es nuestro sueño eterno”, declararon, evidenciando la tensión entre las plataformas de streaming y la industria tradicional.
Este movimiento señala una transición en la industria audiovisual, donde creadores buscan nuevos espacios para expandir sus universos creativos, mientras Netflix pierde a uno de sus buques insignia justo al cerrar este capítulo.
Desde el punto de vista de la audiencia y la cultura popular, la temporada final de Stranger Things se convierte en un espectáculo polarizador. Por un lado, la expectación por la conclusión de una historia que marcó a toda una generación; por otro, las sombras que arrojan las denuncias internas y la salida de sus creadores.
En palabras de una fuente cercana a la producción, “nadie quiere que nada desvíe la atención del final, pero la realidad es que el detrás de escena ha sido tan turbulento como lo que veremos en pantalla”.
Finalmente, la serie deja una huella imborrable en la cultura pop, pero también un legado complejo que invita a reflexionar sobre las dinámicas laborales en la industria del entretenimiento, la gestión de conflictos y la evolución de las narrativas en la era digital.
Verdades y consecuencias:
- El estreno fragmentado y la exhibición en cines buscan maximizar el impacto cultural y económico del cierre.
- La denuncia de Millie Bobby Brown contra David Harbour expone tensiones profundas en el set, reflejo de desafíos en la convivencia profesional bajo presión mediática.
- La salida de los hermanos Duffer de Netflix hacia Paramount señala un giro estratégico en la industria, con implicancias sobre dónde y cómo se producen y exhiben las historias.
En definitiva, Stranger Things no solo cierra una historia de ficción, sino que también abre un debate sobre el poder, la creatividad y las relaciones humanas detrás del fenómeno global.