La crisis laboral agrícola en Chile: ¿Regularizar o resistir? Un debate que desgarra al país

La crisis laboral agrícola en Chile: ¿Regularizar o resistir? Un debate que desgarra al país
Economía
Trabajo y Empleo
2025-11-26
Fuentes
elpais.com elpais.com cooperativa.cl www.latercera.com cambio21.cl www.elinformadorchile.cl www.elinformadorchile.cl www.ciperchile.cl www.ciperchile.cl www.latercera.com cooperativa.cl www.latercera.com www.latercera.com www.latercera.com

- Demanda urgente de trabajadores migrantes en el agro chileno supera las 350 mil plazas.

- Tensión política entre quienes exigen regularización y quienes temen incentivar la migración irregular.

- Impacto social: precariedad laboral y riesgos para la convivencia nacional en el centro del conflicto.

Un escenario en llamas se ha instalado en los campos chilenos, donde la necesidad de mano de obra migrante se enfrenta a un dilema político y social que ha ido madurando desde septiembre pasado. La Sociedad Nacional de Agricultura estimó que el sector requiere alrededor de 350.000 trabajadores, muchos de ellos extranjeros en situación irregular. La discusión ha trascendido el ámbito agrícola para convertirse en un verdadero coliseo donde distintos actores pugnan por imponer una visión sobre cómo Chile debe enfrentar esta crisis laboral.

El pulso de las posiciones

Por un lado, están quienes reconocen la urgencia y la necesidad de regularizar a migrantes para cubrir la demanda, argumentando que mantener a cientos de miles en la informalidad solo profundiza la precariedad y afecta la economía y la seguridad nacional. Juan Pablo Ramaciotti, director ejecutivo del Centro de Políticas Migratorias, ha señalado que ignorar esta realidad genera riesgos evidentes y que expulsiones masivas o encarcelamientos no son opciones viables para Chile.

En el otro extremo, sectores políticos y sociales advierten que la regularización podría incentivar nuevas olas de migración irregular y debilitar las políticas sostenibles a largo plazo. Esta postura sostiene que el país debe fortalecer el control fronterizo y modernizar su institucionalidad migratoria antes de abrir las puertas a nuevas regularizaciones.

Voces desde el territorio

En las regiones agrícolas, la tensión se siente en carne propia. Agricultores y trabajadores locales, por una parte, denuncian la falta de mano de obra para mantener la producción y la competitividad. Por otra, comunidades locales expresan preocupaciones por la integración social y los efectos en la vivienda y servicios públicos.

Una agricultora de la Región del Maule comentó: "Sin trabajadores extranjeros, muchas cosechas quedarían sin recoger. Pero también necesitamos que se respeten las normas y que la convivencia sea buena para todos."

Contexto y desafíos estructurales

Este conflicto no es nuevo ni exclusivo de Chile. La migración laboral irregular es un fenómeno global, especialmente en sectores que requieren mano de obra intensiva y estacional. Sin embargo, Chile enfrenta una particularidad: más de 337.000 migrantes en situación irregular, según el Servicio Nacional de Migraciones, lo que complejiza la gestión y la planificación.

Además, la ausencia de una política migratoria integral y actualizada ha dejado al país en una posición reactiva, con reformas parciales y sin una estrategia clara para integrar a los migrantes. El mercado ilícito de tráfico y trata de personas se ha fortalecido en este vacío institucional.

Constataciones y consecuencias

Tras meses de debate y análisis, algunas verdades se imponen:

- La regularización de migrantes es una necesidad urgente para el sector agrícola y la economía nacional, pero no puede ser una medida aislada ni repetitiva cada pocos años.

- La precariedad laboral y habitacional de los migrantes irregulares afecta no solo a ellos, sino a la sociedad chilena en su conjunto, generando riesgos en seguridad, salud y cohesión social.

- No existe una solución mágica: expulsiones masivas o cierres de fronteras son inviables y contraproducentes.

- Chile debe avanzar hacia una política migratoria responsable, que combine la regularización con el fortalecimiento del control fronterizo, la cooperación regional y la planificación local.

Este enfrentamiento, lejos de resolverse, sigue siendo un desafío mayúsculo para un país que busca equilibrar su desarrollo económico con la justicia social y la convivencia. Mientras tanto, en los campos, la urgencia de la mano de obra sigue siendo un clamor que no puede esperar.