
La definición de Amarillos por Chile de respaldar a Evelyn Matthei para las elecciones presidenciales de noviembre pasado ha dejado una estela de debates y cuestionamientos sobre el rumbo del centro político chileno.
El 5 de junio de 2025, Amarillos anunció su apoyo mayoritario a la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, argumentando que representa “la mejor opción para que Chile recupere su capacidad de desarrollo, su cohesión institucional y su esperanza de futuro”. Esta decisión se tomó tras un intenso debate interno que reflejó divisiones profundas entre quienes preferían la exministra Carolina Tohá, del Socialismo Democrático, y quienes optaron por una candidatura más tradicional y conservadora.
“Después de una década de estancamiento, polarización y frustraciones, el país necesita un nuevo ciclo político que ponga énfasis en la seguridad, el crecimiento económico inclusivo y el fortalecimiento del Estado de Derecho”, señaló la colectividad al justificar su respaldo. Sin embargo, esta declaración no logró acallar las voces críticas que ven en esta alianza un retroceso para el centro político, más cercano a una apuesta pragmática que a una renovación genuina.
Desde la perspectiva de sectores progresistas dentro del mismo Amarillos, el apoyo a Matthei representa una concesión a la derecha tradicional, dejando de lado la posibilidad de construir un proyecto político autónomo y con contenido propio. Por otro lado, los partidarios de Matthei sostienen que la estabilidad y la gobernabilidad requieren acuerdos amplios, especialmente en un contexto de incertidumbre socioeconómica y desafíos institucionales.
En regiones, la decisión ha generado reacciones mixtas. En el norte y centro del país, donde la seguridad y el desarrollo económico son demandas apremiantes, el respaldo a Matthei ha sido visto con cierto alivio por actores empresariales y sociales que buscan evitar mayores turbulencias. En contraste, en el sur y zonas urbanas, sectores sociales y movimientos ciudadanos expresaron preocupación por un posible retroceso en temas de derechos sociales y medioambientales.
Simultáneamente, Amarillos anunció su participación en las elecciones parlamentarias con una lista propia, buscando consolidar un espacio político de centro con identidad y propuestas claras. Este gesto, aunque valorado por algunos como un intento de mantener autonomía, también ha sido interpretado como una estrategia para mantener relevancia y presión dentro del tablero político nacional.
La decisión de Amarillos por Chile de respaldar a Evelyn Matthei revela las tensiones inherentes a la construcción de un centro político en Chile: la disyuntiva entre pragmatismo y renovación, entre estabilidad y cambio. Como concluye el análisis de La Tercera y otros medios que han seguido el proceso, este episodio confirma que el centro político chileno sigue en búsqueda de una identidad que logre equilibrar demandas sociales, desafíos económicos y la necesidad de cohesión institucional.
En definitiva, la apuesta de Amarillos abre un escenario donde la fragmentación y la búsqueda de consenso coexisten, y donde los ciudadanos deberán evaluar si esta elección representa una oportunidad para la gobernabilidad o un freno a las transformaciones pendientes en el país.
2025-11-15