Incendio en Hong Kong deja 36 muertos y 279 desaparecidos: una tragedia que expone fallas estructurales y sociales

Incendio en Hong Kong deja 36 muertos y 279 desaparecidos: una tragedia que expone fallas estructurales y sociales
Internacional
Asia
2025-11-26
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- Magnitud devastadora: 36 fallecidos y casi 300 desaparecidos tras incendio en complejo residencial.

- Materiales y riesgos: uso de andamios de bambú y poliestireno aceleró la tragedia.

- Respuesta y críticas: despliegue masivo de bomberos, pero cuestionamientos a seguridad y gestión.

Un fuego voraz que no solo consumió edificios, sino también certezas. El 20 de noviembre de 2025, un incendio de nivel 5 —la máxima gravedad— arrasó siete bloques del complejo Wang Fuk Court en Tai Po, Hong Kong, dejando a su paso 36 muertos y 279 desaparecidos. Más allá de las cifras, esta tragedia desnudó una compleja red de factores estructurales, sociales y políticos que han marcado la seguridad urbana en la región.

El incendio: evolución y respuesta

El fuego comenzó en un edificio donde se instalaron andamios de bambú, material tradicional en Hong Kong por su bajo costo y flexibilidad. Sin embargo, la combinación con poliestireno expandido —un aislante térmico inflamable— permitió que las llamas se propagaran con rapidez alarmante, saltando de piso en piso a través de pasillos y fachadas.

Andy Yeung Yan-ki, director del servicio de Bomberos, reconoció que la presencia de estos materiales agravó la emergencia. Más de 800 bomberos y paramédicos, apoyados por drones, trabajaron contrarreloj para controlar el siniestro, mientras 29 personas fueron ingresadas a hospitales, siete en estado crítico.

Perspectivas encontradas: seguridad, gestión y desigualdad

Desde el gobierno local, el jefe ejecutivo John Lee expresó condolencias y prometió esfuerzos máximos para minimizar pérdidas, pero la tragedia ha reactivado un debate profundo sobre la seguridad en la construcción y la gestión urbana en Hong Kong.

Sectores críticos y activistas sociales denuncian que la prevalencia de andamios de bambú y materiales inflamables responde a una lógica de reducción de costos que pone en riesgo a comunidades vulnerables. Tai Po, un barrio con alta densidad poblacional y viviendas de baja renta, concentra a miles de residentes que dependen de estas estructuras para mantener y ampliar sus hogares.

Por otro lado, autoridades y expertos en urbanismo destacan que la rápida urbanización y la presión inmobiliaria han generado condiciones que dificultan controles efectivos, y que la tragedia evidencia la necesidad urgente de revisar normativas y protocolos.

Voces desde la comunidad

Vecinos y familiares de desaparecidos relatan la impotencia y el terror vivido. “Las llamas se expandaron tan rápido que no hubo tiempo para evacuar”, dice una residente afectada, mientras reclama mayor apoyo estatal y garantías para evitar que tragedias similares se repitan.

Esta tragedia también ha generado solidaridad internacional, con mensajes de condolencias del presidente chino Xi Jinping y la movilización de ONG locales e internacionales para asistir a los damnificados.

Lecciones y consecuencias

A casi una semana del desastre, queda claro que la tragedia en Hong Kong es más que un incendio: es un espejo que refleja tensiones sociales, económicas y políticas profundas.

La combinación de materiales inflamables en construcciones precarias, la densidad habitacional y la gestión pública insuficiente conforman un cóctel que puede detonarse en cualquier momento.

La discusión no se limita a Hong Kong. Ciudades densas en Asia y el mundo enfrentan desafíos similares, donde la seguridad y el bienestar de los sectores populares se ven comprometidos por decisiones económicas y políticas.

En definitiva, este episodio obliga a repensar la relación entre desarrollo urbano, justicia social y prevención de riesgos, recordándonos que detrás de cada cifra hay vidas y comunidades que merecen protección y dignidad.